SAN MIGUEL LOS LOTES, Guatemala (AP) – A nueve días de la erupción del Volcán de Fuego en Guatemala, familiares, bomberos, policías y rescatistas aún recuperan cuerpos o fragmentos de restos humanos de entre los escombros en la comunidad de San Miguel Los Lotes, Escuintla.
El lunes, una familia encontró los restos de cuatro de sus miembros. La policía confirmó que trasladó los cuerpos a la morgue de Escuintla donde se realizan los trabajos de identificación.
El Instituto Nacional de Ciencias Forenses (INACIF) mantiene la cifra de 110 muertos, de los cuales se ha identificado a 66. Según Fanuel García, director del INACIF, se analizan 15 casos más de restos de personas, para determinar si pertenecen a una o varias personas. La cifra oficial de desaparecidos se ubica en 197.
En la comunidad que quedó soterrada en millas de toneladas de material volcánico, pocos son los que aún ayudan a familiares en la búsqueda de sus seres queridos. Los rescates quedaron suspendidos oficialmente el miércoles pasado tras haber pasado las 72 horas en las que según los rescatistas se pueden encontrar personas con vida.
La Coordinadora Nacional para la Reducción de Desastres (CONRED) señala que los rescatistas y particulares corren peligro en el lugar, ya que debido a las lluvias, torrentes de material volcánico con dimensiones de hasta 40 metros de ancho por 3 de alto bajan a grandes velocidades en toda el área afectada.
Hugo López llegó al lugar a buscar a su esposa desaparecida, Alejandrina García Ixpata, ya su hijo, Erick Justiniano López. En total, 36 integrantes de esta familia habrían desaparecido.
López dice que están usando maquinaria, retroexcavadoras y tractores que un empresario local les prestó, y asegura que es lo único con lo que cuentan para buscar a los suyos.
«Muchos vienen a confundir las cosas», afirma. «Hay un montón de muchachos aquí que solo están tomando publicidad (fotos) para luego decir que el gobierno nos ha ayudado, pero no nos está ayudando ni nos hemos vuelto a poner bien, aquí es esfuerzo de nosotros».
Según asegura, los afectados deben pagar el combustible que utiliza la maquinaria para que funcione.
A la par de los afectados, algunos rescatistas de otros países ayudan en la búsqueda.
Miguel Armando Álvarez, de la organización Topos Adrenalina AC, de México, dijo que apoyan el trabajo de rescate de los cuerpos. Su tarea específica es el control de la seguridad del equipo, vigilar la actividad del volcán, microsismos y fumarolas.
«Tenemos una radio que nos comunica directamente con la Coordinadora Nacional para la Reducción de Desastres, un megáfono para la gente que está trabajando en el área (en el caso de Alerta) y unos binoculares para observar el volcán», explica Álvarez.