Buenos Aires, 13 Jun (Notimex).- Argentina vivirá hoy una jornada histórica por la sesión especial que realizará la Cámara de Diputados para debatir la legalización del aborto, un tema que provocó una intensa discusión social en el país durante los últimos meses.
La tensión y la incertidumbre marcarán una sesión impredecible, ya que hasta ahora hay 122 votos en contra y 117 a favor, por lo que los 15 diputados que todavía están indecisos terminarán inclinando la balanza en uno u otro sentido.
El dictamen de comisiones a favor de la legalización fue aprobado ayer con 64 votos, y aunque el proyecto que rechazaba la iniciativa sólo fue avalado por 57 diputados, todavía no se puede apostar por un resultado.
La sesión comenzará a las 11:00 horas y se prevé que culminará mañana al amanecer, ya que dada la trascendencia del tema hablarán la mayoría de los 257 diputados argentinos, salvo los que opten por ausentarse.
Más allá del resultado, este debate es un triunfo de la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito que hace 13 años formaron mujeres que presentaron en seis ocasiones y ante el Congreso el proyecto de ley de interrupción voluntaria del embarazo.
La iniciativa nunca logró avanzar en su tratamiento parlamentario, hasta que este año el presidente Mauricio Macri habilitó su discusión, lo que sorprendió a oficialistas y opositores, e incluso al movimiento feminista.
En una entrevista con Notimex, Macri había rechazado la posibilidad de que el aborto se legalizara durante su gobierno, pero la presión del movimiento de mujeres argentinas, influyente a nivel mundial, logró que el presidente abriera el debate, aunque aclaró que sigue estando en contra del aborto.
El pasado 10 de abril comenzó un debate en comisiones de la Cámara de Diputados que duró dos meses, y durante el cual más de 700 expositores ofrecieron argumentos a favor y en contra del aborto.
Mientras se llevaban a cabo las audiencias, en las calles, en los medios de comunicación y en las redes sociales se multiplicó el activismo en apoyo o repudio de la iniciativa.
En esos meses, las encuestas revelaron que el 60 por ciento de los argentinos está a favor de legalizar el aborto, pero la cifra aumenta hasta un 80 por ciento en el caso de los jóvenes.
También se registró un triunfo cultural cuando Marcelo Tinelli y Susana Giménez, los conductores más importantes de la televisión argentina, apoyaron públicamente la legalización, al igual que otros influyentes personajes televisivos de posiciones tradicionalmente conservadoras.
El activismo por la legalización tuvo su símbolo en el pañuelo verde que las integrantes de la Campaña comenzaron a usar como una manera de exigir educación sexual para decidir, anticonceptivos para no abortar y aborto legal para no morir.
Las marchas en pro de la iniciativa fueron cada vez más multitudinarias y hoy se prevé una asistencia récord frente al Congreso, en donde también habrá lugar para las organizaciones que prefieren mantener el aborto en la clandestinidad y que representan principalmente a la Iglesia Católica.
Durante la discusión pública, los sectores sociales que apoyan la legalización explicaron que no se trata de estar a favor del aborto, sino de reconocer que es una práctica que realizan mujeres que se arriesgan a ser penalizadas por la justicia y arriesgan su vida, sobre todo si son pobres.
De acuerdo con datos oficiales, en Argentina se realizan alrededor de 500 mil abortos anuales y cada año mueren decenas de mujeres, por lo que la demanda central es que se enfrente como un problema de salud pública y no de moral.
El aborto se despenalizó en este país desde 1921 si el embarazo es producto de una violación o si está en riesgo la vida de la madre, pero estas causales no se respetan y mujeres abusadas sexualmente, incluidas las menores de edad, son obligadas a tener hijos de sus agresores.
Si la Cámara de Diputados apoya el proyecto que permite el aborto sin restricciones hasta la semana 14, la iniciativa pasará entonces al Senado, órgano que decidirá si Argentina se convierte en el tercer país de América Latina después de Cuba y Uruguay en legalizar esta práctica a nivel nacional.