GINEBRA, Suiza, junio 20 (Notimex)
Las fuerzas sirias y los grupos armados opositores, incluidos las agrupaciones extremistas cometieron crímenes de guerra y contra la humanidad durante el largo asedio y la reciente batalla final por el control de la región de Ghouta Oriental, en las afueras de Damasco, denunció hoy la ONU.
“Crímenes de guerra generalizados fueron cometidos por todas las partes en Ghouta Oriental durante los cinco años de asedio (2013-2018) y los dos meses de combates por la reconquista del enclave rebelde”, destacó la Comisión de Investigación de las Naciones Unidas para Siria en un informe publicado en Ginebra.
La comisión denunció los bombardeos sistemáticos a hospitales y zonas civiles protegidas, la mutilación de civiles y la continua privación de alimentos y medicinas a los sitiados por parte de las fuerzas progubernamentales, lo que constituyen actos inhumanos y crímenes de lesa humanidad.
“El asedio a Ghouta Oriental duró cinco años y fue el más largo de la historia moderna”, resaltó la comisión investigadora en su reporte de 23 páginas, en la que exhortó a todas las partes en el conflicto sirio a desistir de los asedios caracterizados por crímenes de guerra.
Después de cinco años de asedio, las fuerzas sirias y sus aliados lanzaron una ofensiva entre febrero y abril pasados para recuperar Ghouta Oriental, con un saldo de cientos de civiles muertos.
La comisión, creada para investigar las violaciones de derechos humanos en Siria desde 2011, señaló en su informe que entre febrero y abril, la intensa campaña de las tropas sirias para recuperar Ghouta Oriental estuvo marcada por crímenes de guerra generalizados cometidos por todos los bandos enfrentados.
“Durante todo el asedio, los grupos armados de forma regular arrestaron arbitrariamente y torturaron a civiles en Douma (…) cometiendo crímenes de guerra y tratos crueles e inhumanos para la dignidad personal”, indicó.
Por su parte, las fuerzas progubernamentales también cometieron crímenes de guerra al difundir el terror entre la población civil asediada, pues lanzaron ataques indiscriminados y violaron el derecho a la vida, a la libertad y a la seguridad de las personas.
Además, las tropas del presidente Bashar al Assad dejaron “diezmadas viviendas, mercados, hospitales y centros médicos en bombardeos diseñados intencionadamente, algo que constituye el crimen de guerra de lanzar deliberadamente ataques contra blancos protegidos.
En general, las tácticas de las fuerzas del régimen sirio durante la campaña militar en Ghouta Oriental, donde en ese momento vivían al menos 265 mil sirios, consistieron en “castigar a los habitantes y obligarlos a rendirse colectivamente o morirse de hambre.
Ante esto, la comisión de las Naciones Unidas considera que las fuerzas de Al Assad perpetraron un “crimen contra la humanidad” por haber cometido actos inhumanos contra los habitantes, causándoles “un grave sufrimiento físico y mental”.