diciembre 14, 2024
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junio 22, 2018 | 151 vistas

BERLÍN, Alemania, junio 21 (Notimex)

A cien días de su formación, el Gobierno de Gran Coalición de tres partidos que encabeza la canciller federal de Alemania, Ángela Merkel, se encuentra en una fuerte crisis.

El problema no es, paradójicamente, con el Partido Socialdemócrata (SPD), sino con el partido hermano de la CDU (Unión Demócrata Cristiana de Alemania), la CSU (la Unión Social Cristiana de Baviera).

La CSU quiere asumir desde una posición “democrática” frente al país las demandas y las ideas del partido populista de extrema derecha, Alternativa por Alemania (AfD).

El problema de fondo es electoral, ya que la CSU no quiere ceder un solo voto a ese partido, que actualmente es la tercera fuerza política del país, va en ascenso a nivel nacional y también amenaza con quitarle mayoría electoral a la CSU en Baviera.

No fue fácil llegar a un acuerdo para formar la Gran Coalición entre CSU/CDU y el SPD. Las elecciones fueron el 24 de septiembre de 2017 y el pacto de gobierno para una Gran Coalición se firmó el 12 de marzo del 2018. Es la tercera reelección de la canciller federal, Angela Merkel. 100 días después, el balance es magro.

Merkel ha sido considerada durante años la mujer más poderosa de Europa. Una revisión de los últimos dos años, agotando su tercera legislatura y empezando su cuarta, da la sensación que la alemana ha perdido popularidad a nivel nacional a causa de su actuación durante la crisis de los refugiados.

En el exterior sigue siendo muy valorada. En Europa, sólo el presidente francés, Emanuel Macron, se acerca al nivel de Merkel para asumir liderazgo en la Unión Europea.

Desde el SPD, su líder, Andrea Nahles, declaró recientemente que desde hace cien días los socialdemócratas están aplicando el contrato de la Gran Coalición paso a paso porque “es su orden y guía”.

El acuerdo de la gran coalición llevaba el título de “Un nuevo cambio en Europa”. “Esto es lo que esperamos del documento y asumimos las responsabilidades derivadas de él”, comentó Nahles esta semana.

La realidad es que de todo el gabinete de Merkel, prácticamente sólo el ministro de Asuntos Exteriores, Heiko Maas, es quien más se está perfilando por sus posicionamentos claros frente a la política del presidente estadounidense Donald Trump y por su papel en las negociaciones sobre Ucrania Oriental en el marco del formato de Normandía (Ucrania, Rusia, Alemania, Francia).

El ministro de Finanzas, Olaf Scholz, quien este jueves participa en la reunión de ministros de la Eurozona, es otro de los nombres socialdemócratas que más titulares han recibido, pero por ahora sin grandes resultados.

Desde las filas más jóvenes de los socialdemócratas, Kevin Kühnert, presidente de Juso (Jóvenes Socialistas dentro del SPD), habla abiertamente del hecho que se han “agotado” los puntos en común con el CSU.

Esta fue la premonición que acompañó al SPD desde el principio de las negociaciones para la Gran Coalición. La distancia entre el SPD y el CSU ha sido grande desde siempre pero ahora lo es más.

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