MAE SAI, Tailandia (AP) – Los socorristas que tratan de rescatar a 12 niños de un equipo de fútbol y su entrenador, atrapados desde hace tres días en una cueva inundada en el norte de Tailandia, esperan poder extraer agua para que los buzos tengan espacio para maniobrar y que los rescatados pueden respirar salir, informó el martes un funcionario tailandés.
El ministro de Interior, Anupong Paojinda, dijo a reporteros que buzos entrenados especialmente de la Armada, que dirigen la búsqueda, tienen problemas para hacer su trabajo debido al agua lodosa que han llenado las cámaras de la enorme cueva hasta el techo.
Dijo que los buzos solo podrán hacerlo cuando se extraigan suficiente agua a través de un bombeo, de tal manera que dentro de la cueva tengan espacio entre el techo y el agua para que puedan respirar. Los buzos también pronto comenzarán a usar tanques especiales de oxígeno, lo que les permitirá más tiempo, agregar.
Anupong, el primer oficial tailandés de alto nivel que visitó el lugar, dijo que la meta era «llegar a los chicos», y que los socorristas estarían trabajando el día y la noche en la cueva oscura.
«El equipo de los buzos también está trabajando para parar porque también está oscuro», dijo. «Así que no hay diferencia entre el día o la noche. Ellos solo tienen que rotar».
Cerca de una decena de pisos de la Armada y otros socorristas reingresaron a la cueva el martes por la mañana en la búsqueda de los niños de 11 años y 16 años que desaparecieron desde el sábado, cuando salieron con un entrenador al complejo de cuevas Tham Luang Nang No para un partido de práctica, pero la búsqueda tuvo que ser suspendida de nuevo debido a que tenía mucha agua dentro de la cueva.
Los buzos han estado buscando una manera de pasar por las cámaras del complejo de cuevas, pero se han visto obligados a suspender la búsqueda varias veces. Las autoridades también están buscando alternativas, usando helicópteros y grupos de socorristas en tierra para hallar posibles huecos en la parte superior de las cuevas.
El martes por la tarde hubo un rayo de esperanza cuando los exploradores fueron dos fisuras en una roca de la montaña donde está la cueva. Tras evaluar el hoyo, los expertos concluyeron que ninguno de los huecos podría ser usado para entrar a la cueva.
La lluvia que cayó por la noche empeoró las posibilidades de exploración dentro de la cueva. Sin embargo, las primeras cámaras cercanas a la entrada de la cueva están secas, y se instaló ventilación y luz con cables y extensiones para ayudar a que los buzos se comuniquen con los que están fuera.
Los muchachos y su entrenador de 25 años entraron a la cueva en la provincia de Chiang Rai el sábado por la tarde. La búsqueda comenzó después de que una madre reportó que su hijo no había regresado a su práctica de fútbol.
