México, 26 Jun (Notimex).- A las puertas de la Corte Federal en el Paso, Texas y del Centro de Detención de Menores Migrantes, maestros del sindicato magisterial, encabezados por su dirigente, Juan Díaz de la Torre, condenaron el trato contra los niños migrantes que han sido separados de sus padres en Estados Unidos.
Durante su discurso en un acto solidario con las familias migrantes que viven esa situación en la Unión Americana, el líder del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) aseveró que los niños deben de estar en las aulas, no en jaulas, como hoy ocurre. “Una fotografía que nunca imaginamos ver en este siglo”.
Díaz de la Torre sostuvo que la educación es la llave más efectiva para abrir la puerta de valores como el respeto, la solidaridad y la democracia, que conllevan al desarrollo de una nación.
Como integrante de la federación Internacional de la Educación (IE), enfatizó, el magisterio respalda las acciones de esta organización y de los sindicatos miembros para exigir que en todo el mundo se hagan valer los derechos de los niños, docentes refugiados y migrantes.
Condenamos enérgicamente cualquier política que atente contra sus derechos humanos y lesione su integridad física y emocional; reprobamos la acción del gobierno de los Estados Unidos contra los inmigrantes; estamos conmocionados, nos resulta muy difícil creer lo que estamos viendo en un país que ha sido referente de la democracia y de la dignidad en el mundo.
Consideró que la crisis de migración que se vive en el mundo, con más de 60 millones de refugiados y más de tres y medio millones de niños apátridas, que han nacido en los caminos, plantea retos no sólo para este país sino para todo el mundo.
Por ello, el SNTE convoca a que este fenómeno sea atendido en un marco multilateral donde los países involucrados, expulsores y receptores, ricos y pobres, asuman que la solución es de todos.
Luego los maestros de Chihuahua se dirigieron al Centro de Detención para Menores Migrantes, ubicado en el condado de Tornillo, Texas, donde proporcionaron a los pequeños cobijas, ropa, libros y juguetes.