ANNAPOLIS, EU., junio 29 (Notimex)
El sospechoso del ataque contra el periódico Capital Gazette, que dejó cinco personas muertas, fue encauzado este viernes de manera criminal con cinco cargos de asesinato en primer grado y deberá permanecer en prisión hasta la celebración de su juicio.
Jarrod Warren Ramos compareció vía videoconferencia en una audiencia en la que le fue negada la libertad bajo fianza por un juez del Condado de Anne Arundel, en esta pequeña ciudad capital, aún conmocionada por uno de los peores ataques contra un medio de comunicación en la historia reciente del país.
Por separado, Timothy Altomare, jefe de la policía del Condado de Anne Arundel, dijo que la identificación de Ramos fue posible a través de reconocimiento facial e indicó que hasta ahora, este se ha negado a cooperar con las autoridades, y advirtió que la tragedia pudo haber sido mayor.
“Él estaba ahí para matar tantas gentes como pudiera”, dijo Altomare en conferencia de prensa, en la que se negó a referirse al sospechoso por su nombre, y evitar así darle mayor notoriedad.
Altomare confirmó que el ataque contra el periódico fue premeditado, y dijo que la escopeta calibre 12 utilizada por Ramos fue comprada de manera legal.
Los primeros reportes apuntan a señalar que el ataque en las instalaciones del diario la tarde del jueves derivó del resentimiento de Ramos hacia el diario por una disputa legal que data de 2012.
Ese año presentó una demanda por difamación contra el diario por una historia publicada en 2011 sobre una demanda por hostigamiento en su contra, pero el juez desechó la suya por falta de méritos.
El jueves, el hombre de 38 años de edad ingresó a las instalaciones del diario armado con una escopeta y granadas de humo, asesinando a cuatro reporteros y editores, así como una empleada de ventas, y dejando heridas a dos personas más.
El ataque no impidió que el diario saliera a la calle este viernes, honrando a las víctimas con sus fotografías publicadas en la primera plana, sobre el encabezado «Cinco muertos en el Capital».
Estos fueron identificados como los reporteros Wendi Winters y John McNamara, además de los editores Gerald Fischman y Robert Hiaasen, y la agente de ventas, Rebecca Smith.
La página editorial del diario quedó mayormente en blanco, dominada por los nombres de las cinco víctimas, bajo un pequeño encabezado que reza “Hoy estamos sin palabras”, acompañado de un breve texto:
“Mañana esta página retornará a su propósito de ofrecer a nuestros lectores opiniones informadas sobre el mundo alrededor de ellos, que quizá sean mejores ciudadanos”.
