BOISE, Idaho, EE.UU. (AP) — Un hombre al que habían pedido marcharse de un complejo de apartamentos en Idaho por mala conducta regresó al día siguiente y atacó con un cuchillo a nueve personas, entre ellas seis menores, durante la fiesta de cumpleaños de una niña, dijo el domingo la policía.
Entre los heridos hay refugiados de Siria, Irak y Etiopía. El jefe de la policía de Boise, William Bones, afirmó que a pesar de que el detenido es estadounidense, los investigadores no han encontrado indicios de que la agresión hubiera sido un crimen de odio. Sin embargo es una de las varias posibilidades que continúan en investigación, agregó.
Timmy Kinner se presentó el sábado en la noche en el complejo, en el que viven muchas familias refugiadas en Boise. Kinner, que no es refugiado, atacó a los presentes en la fiesta que se efectuaba puertas abajo del apartamento donde vivió poco tiempo, según la policía.
“Este incidente no retrata a nuestra comunidad, sino a un solo individuo que agredió a personas sin provocación de la que tengamos conocimiento”, afirmó el jefe policial.
Entre las víctimas se encuentra la niña festejada, de 3 años, y cinco menores de entre 4 y 12 años. Tres adultos que acudieron en defensa de los niños también fueron heridos, algunos de gravedad, dijo Bones.
Una residente del complejo había conocido en fecha reciente a Kinner, que necesitaba un lugar para quedarse y era nuevo en la zona, dijo Bones.
“Me parece que ella pensó: ‘Aquí puedo ayudar a alguien de la misma manera como estoy recibiendo ayuda’”, declaró Bones.
La residente pidió a Kinner el viernes que se fuera del apartamento porque la conducta de él se había convertido en un problema, y se marchó sin problemas, declaró Bones. El jefe policial no abundó en detalles sobre la conducta de Kinner. La mujer no estuvo entre las víctimas.
Esrom Habte, de 12 años, y Fathi Mahamoud, de 11, jugaban en un jardín atrás de su apartamento cuando el ataque comenzó. Fueron testigos de que el hombre perseguía a personas.
“Vimos cuando decía malas palabras y acuchillaba a un niño y un adulto con mucha fuerza y varias veces”, señaló Esrom.
Ambos echaron a correr a un apartamento y se escondieron en un clóset con otros niños hasta que la policía les dijo que podían salir sin peligro, agregó.