Mauricio Zapata
Cd. Victoria, Tam.- Había nervios, pero a la vez entusiasmo.
También hubo cierto temor ciudadano, y previendo algunos escenarios violentos, decidieron salir temprano a votar.
Así comenzó la jornada electoral más grande de la historia. Y por primera vez en Tamaulipas se juntaban las locales con las federales.
La actividad comenzó a las 7:00 horas con el banderazo por parte de las autoridades electorales. Se instalaron en sesión permanente y comenzaba un largo día.
Hubo muchos ciudadanos puntuales, ya que desde las 8:00 horas ya estaban haciendo fila, pero se encontraron con el primer obstáculo: casillas no instaladas, en algunos casos por falta de tiempo y en otros, por falta de funcionarios.
Los candidatos se preparaban para ir a votar. Los ciudadanos hicieron parte de su rutina normal en un día de domingo: ir a misa, comprar barbacoa e irse a casa a descansar ya una vez emitiendo el voto. Al menos así lo hizo un buen número de victorenses.
El primero en acudir a las urnas fue el obispo de la Diócesis local, Antonio González Sánchez, quien acudió cerca de las 8:30 horas y lo hizo casi a escondidas.
Mientras tanto, se daban los primeros disgustos, una de ellas, muy recurrente también: la alta demanda en la casilla especial y la falta de boletas en ese mismo lugar.
Para las 10:00 horas prácticamente salieron a votar los políticos, candidatos y gobernantes. El mandatario Cabeza de Vaca lo hizo en Reynosa, garantizaba una jornada tranquila y advertía de reconocer los resultados para darle certeza a la elección.
La candidata del PRI a la diputación federal por el Distrito 05, Alejandra Cárdenas quien llamaba a la participación además de confiar en la imparcialidad de las autoridades electorales. Lo mismo hacían otros candidatos, alcaldes y diversos dirigentes, tanto a nivel nacional como a nivel estatal.
El clima no fue benévolo. Había temperaturas de hasta 40 grados centígrados al filo del medio día. Para entonces ya se habían dado los primeros reportes sobre incidencias.
Las autoridades electorales, estaban al tanto, sin embargo, ningún incidente ponía en riesgo.
En las urnas fluía la gente, muchos de ellos con una pluma o plumón en mano, se notaba por quién iban a votar. Las redes sociales se encendían y daban a conocer sus reportes.
Entre las 13:00 y las 15:00 horas, la ciudad estaba casi paralizada. Pocos vehículos estaban en la calle a esa hora.
En el transcurso de esa tarde ningún partido emitió rueda de prensa o declaración alguna. Había hermetismo en Victoria, ningún cuartel daba algo a conocer.
La gente daba a conocer que ya había votado. Mostraba en las redes sociales su dedo marcado. Ya era tarde, y a esa hora comenzaban a salir a votar los últimos.
Había mucha lentitud en el proceso. Algunos ciudadanos tardaron hasta una hora o más para emitir su sufragio. Y es que otro tema recurrente fue la falta de funcionarios de casillas.
En la casilla especial, ya se habían acabado las boletas. Las 750 programadas se acabaron y todavía había mucha gente haciendo fila, lo que provocó airadas protestas.
Se acabó la jornada. Iniciaba el cierre de las casillas. Iniciaba el conteo.
Había nervios porque empezarían a fluir los primeros resultados. Y fue justamente en esa casilla especial donde se daba ya el cambio… el preámbulo, pues, de lo que más tarde se confirmaría. Ahí ganaba López Obrador.
Fue una jornada participativa. Hubo mucha gente que salió a votar y lo hizo pensando en un cambio.
Fue una jornada en Tamaulipas en la que no hubo escenarios violentos, salvo algunos incidentes en Reynosa. Fue una jornada en la que la gente le dijo sí a la democracia y que al final, el miedo se les fue.