En un artículo publicado en la revista Royal Society Open Science, especialistas del Instituto de Investigación Messerli de la Universidad de Viena descubrieron que los lobos tienden a reconciliarse poco después de pelear entre ellos, pero los perros no.
El grupo describió su estudio de las manadas de lobos cautivos y los perros de un refugio de rescate y lo que aprendieron.
Los lobos viven en manadas, dichos grupos, tienden a tener reglas de comportamiento para garantizar la supervivencia del clan. Existen reglas con respecto a la dominación, la alimentación, el apareamiento y aparentemente reglas sobre cómo comportarse después de una pelea.
Los perros también se consideran un animal gregario pero, a diferencia de los lobos, los caninos carecen de un rasgo importante: la capacidad de no guardar rencor después de una pelea.
Los investigadores estudiaron cuatro manadas de lobos y perros cautivos, prestando especial atención a cómo se comportaron en los minutos posteriores a una pelea.
Las cuatro manadas de lobos estaban formadas por lobos salvajes que habían sido capturados y mantenidos en cautiverio, lo que generó muchos conflictos, en promedio, una pelea por hora. Pero los ataques tendieron a ser breves y los involucrados se reconciliaban casi de manera inmediata, a menudo jugando de nuevo entre ellos.
Los cuatro grupos de perros se formaron tomando animales de un refugio, lo que ocasionó enfrentamientos ocasionales aunque con menos frecuencia que los exhibidos por los lobos.
Sin embargo, en contraste con los lobos, los perros tendían a pelear entre ellos más cruelmente y se evitaban mutuamente después de pelear.
Los investigadores sugieren que la resolución rápida de los conflictos es importante para la supervivencia del grupo en los lobos, lo que explicaría el comportamiento que observaron.
Según los científicos, los perros han perdido dichas habilidades de supervivencia durante miles de años de domesticación.
Con información de: lopezdoriga.com