José del Carmen Perales Rodríguez
Cd. Victoria, Tam.- Con las altas temperaturas que se registraron en las semanas recientes, la canícula dejó de ser una preocupación, sin que eso signifique no estar al pendiente de los pronósticos y la evolución de las ondas de calor como las que se han registrado, aseguró Pedro Granados Ramírez.
El Coordinador Estatal de Protección Civil (PC) agregó que esto es una muestra más de lo que es el cambio climático que se presenta a nivel mundial, cuya señal más evidente es el incremento de un grado en la temperatura en norteamérica.
«Está próximo el inicio de la Canícula, pero después del día 20 de este mes y hacia finales de agosto tendremos los meses más calurosos, la temperatura va andar oscilando por encima de los 35 grados continuos y habrá sus picos», comentó.
En este sentido, adelantó que en ese lapso mantendrán una vigilancia todavía mayor, para evitar que la población esté en riesgo e insistir en las medidas preventivas.
«No descartemos que algún día la temperatura en alguna región del estado sobrepase los 40 grados, como ya ha pasado, pero a veces ni siquiera hay que esperar la canícula pues ya en junio tuvimos una onda de calor muy fuerte», apuntó.
El titular de PC estatal citó que en ocasiones por día, por semana o por dos o tres días se presentan ondas de calor importantes, como por ejemplo recientemente en la frontera donde osciló por encima de 41 grados centígrados.
«No tenemos con precisión la información respecto a cuántos grados ha incrementado la temperatura en la entidad, pero he escuchado que en el caso de norteamérica, que es la región a la que pertenece México, se ha elevado hasta un grado centígrado por arriba de lo normal».
Finalmente citó que las nevadas en diciembre y enero, posteriormente la sequía, los incendios forestales, son señales del cambio climático, «incluso se dio una declaratoria de emergencia por onda de calor en la zona cañera hace algunas semanas; también están las lluvias atípicas que se registraron hace unos días en la frontera, todo esto nos tiene preocupados, no es algo muy normal, pero es algo que nos está mandando la naturaleza».
