CIUDAD DE MÉXICO, julio 8 (Agencias)
Pese al éxito de la revolución de la belleza natural, la sostenibilidad ha sido un terreno delicado para la industria de la belleza, un sector que lleva mucho tiempo luchando con el exceso de envases desde el cartón al celofán pasando por las cintas decorativas, entre otros elementos. El avance resulta lento y, pese a algunos logros recientes (el pasado año varios países introdujeron legislaciones prohibitivas de cara a productos con partículas no biodegradables que tienen un enorme impacto en la fauna marina), aún queda mucho por hacer.
Según un estudio realizado para la Semana sin residuos, la industria de los productos de belleza produce 120 millones de unidades de envases al año, y su uso del cartón contribuye a la pérdida de más de 7 millones de hectáreas de bosque. Se calcula que en el 2050 la industria de la cosmética generará por sí sola 12 billones de toneladas de plástico en los vertederos.
La buena noticia es que muchas marcas de cosméticos (incluyendo algunas que no se definen a sí mismas como orgánicas o veganas) están tomando medidas para ofrecer productos reciclables y sostenibles. Y hay incentivos de sobra cuando se trata de atraer a consumidores más jóvenes: según Euromonitor los consumidores entre 25 y 34 años son los más inclinados a adquirir productos de marcas eco-friendly.
Ahora resulta fácil investigar un producto antes de elegirlo. El uso de fuentes sostenibles no sólo supone ingredientes de alta calidad, sino también un impacto mínimo en el medio ambiente. Por ejemplo, Julia Wills, fundadora de la nueva línea de cuidado facial botánico Hervibore Botanicals, situada en Seattle, lo deja claro al hablar de su misión: “cuando empezamos a crear la marca nuestra meta fue tener tan poco impacto en el medio ambiente como nos fuera posible. Hemos tomado medidas para ello envasando nuestros productos con cristal reciclable y cajas reciclables. Usamos sólo ingredientes biodegradables en todas nuestras fórmulas y nos aseguramos de usar materiales situados tan cerca como nos sea posible para reducir la huella de carbono que produce el transporte de materias primas”.
Aquí tienes unas pocas maneras sencillas de adoptar una conducta responsable para con el medio ambiente cuando de tus propios hábitos de belleza se trata.
REUTILIZA LOS VASITOS DE LAS VELAS
Ninguna selfie en el tocador está completa sin una vela de Dyptique vacía repleta de brochas de maquillaje. Las velas, con sus encantadoras firmas y la textura de sus acabados, son perfectas para reciclar, ya tenga un número negro mate de Bella Freud o sea un recipiente suave y transparente de Le Labo. Lava el vasito de la vela una vez terminada añadiendo agua hirviendo (lo que suavizará la cera restante y la levantará hasta convertirla en disco fácilmente retirable), y después lávalo como harías con cualquier otro vaso. Los vasitos de las velas pueden usarse también como vasos de tamaño perfecto.
Usa viejos estuches compactos de maquillaje para almacenar
Limpia todo el polvo de maquillaje restante en tus estuches acabados. Lava y sécalo con cuidado y úsalo como recipiente seguro para almacenar pequeños objetos fáciles de perder como clips de papel, imperdibles, botones y gomas de pelo.
SÉ UNA COMPRADORA INTELIGENTE
Busca marcas con iniciativas viables a favor del medio ambiente. Por ejemplo, Kiehl’s sigue un esquema de incentivos según el cual recibes un producto gratis al devolver diez vacíos. En MAC te regalan un pintalabios cuando llevas seis gastados. Dior se ha deshecho de todo el exceso de celofán y papel en sus envoltorios, mientras que Neal’s Yard y Tata Harper utilizan solo cristal reciclado en sus envases. La lista continúa, simplemente pregunta en el mostrador.
CONVIERTE LOS FRASCOS DE PERFUME EN DIFUSORES
Es difícil deshacerse de los frascos bonitos de perfume, y además no hay necesidad cuando puedes reutilizarlos como difusores de aromas. Coloca palitos aromáticos en el frasco y la esencia que elijas llenará la habitación por semanas.
LIMPIA Y USA UNA Y OTRA VEZ
Las toallitas limpiadoras tienen mala prensa últimamente, pero puedes ampliar el uso de tu último paquete lavándolas a mano y usándolas de nuevo para deshacerte del maquillaje. El material es suave y agradable para la piel y tiene la textura perfecta para empaparla en desmaquillante y deshacerte hasta del delineador de kohl más persistente.
