BUENOS AIRES, Argentina, julio 10 (Notimex)
El presidente de Argentina, Mauricio Macri, no vetará la ley que legaliza el aborto si finalmente es aprobada en el Senado, afirmó este martes el jefe de Gabinete, Marcos Peña.
“El Presidente ha sido claro en su convicción sobre la importancia de dar un debate republicano, que implica respetar el resultado y por supuesto no vetar la ley”, advirtió Peña en medio de las crecientes presiones de la Iglesia católica en contra del proyecto.
“No creemos que haya un conflicto con la Iglesia porque el Gobierno haya promovido este debate”, agregó, a pesar de que las críticas a la iniciativa han provenido incluso del Papa Francisco.
El pasado 13 de junio, la Cámara de Diputados de Argentina aprobó la legalización del aborto hasta la semana 14 de gestación sin mayor requisito que la solicitud de la persona gestante.
La ley sobre la interrupción voluntaria del embarazo está ahora en discusión en el Senado, órgano que ratificará o rechazará la iniciativa en una sesión especial el próximo ocho de agosto.
Hasta ahora se prevén 30 votos a favor y 30 en contra, por lo que los 12 senadores que todavía están indecisos terminarán inclinando la balanza en uno u otro sentido.
El debate legislativo fue posible gracias a que Macri lo habilitó a pesar de que, en lo personal, él está en contra del aborto, al igual que los principales funcionarios de su gobierno.
Sin embargo, legisladores macristas fueron fundamentales para que la legalización se aprobara en la Cámara de Diputados y ahora continúan en campaña para que se ratifique en el Senado, lo que ha provocado enfrentamientos al interior del oficialismo.
El otro frente de conflicto que abrió el Gobierno fue con la Iglesia, ya que en las últimas semanas arreciaron los reclamos de dirigentes de la Iglesia católica para que Macri vete la ley en caso de ser aprobada por el Poder Legislativo.
La víspera, el arzobispado de La Plata, Víctor Fernández, recordó que el presidente de Uruguay, Tabaré Vázquez, vetó la legalización del aborto en 2008, durante su primer gobierno.
“Tabaré permitió el debate, que fue rico, él mismo lo escuchó y después reafirmó sus convicciones como médico y sus convicciones humanistas, sin ser católico ni tener vínculos con la Iglesia, tomó la decisión de vetarlo”, dijo.