DALLAS, Texas, agosto 2 (Notimex)
La administración del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, está trabajando para duplicar la capacidad de mantener a inmigrantes indocumentados detenidos, con la intención de poder albergar en sus instalaciones hasta unos 40 mil.
La Oficina de Inmigración y Aduanas (ICE) de Estados Unidos pretende, con la aprobación y construcción de nuevas instalaciones, poder mantener detenidos a unos 40 mil inmigrantes, de los 22 mil 500 que actualmente puede albergar en sus diferentes centros.
En los últimos meses, el ICE ha abierto varias instalaciones para retener a más adultos y niños migrantes y hay propuestas que casi duplicarían el número total de camas en los centros autorizados.
El principal incremento provendría de la habilitación como campamentos de detención de dos bases militares de Texas.
El Gobierno federal pidió al Departamento de Defensa habilitar hasta 15 mil 500 camas en el Fuerte Bliss, en El Paso, y en la Base de la Fuerza Aérea Goodfellow, en la comunidad de San Ángelo.
El ICE también se ha apresurado a abrir nuevas instalaciones y rehabilitar otras a lo largo de la frontera entre Texas y México, como el campamento temporal de tiendas de campaña abierto hace casi dos meses en la comunidad fronteriza de Tornillo, en el oeste de Texas, con capacidad para casi 400 niños migrantes.
También se ha acelerado la apertura de una nueva instalación para albergar hasta mil adultos en el Valle del Río Grande, en una prisión que había sido clausurada en marzo de 2015, luego que se registró un motín que dejó inhabitables sus instalaciones.
La expansión de los centros de detención ha enfrentado controversia, especialmente en Texas, donde se han realizado manifestaciones por fuera de los sitios que se pretende expandir o construir.
Grupos defensores de los inmigrantes critican que los centros de detención de inmigrantes sean operados por empresas privadas de prisiones con amplios recursos y poderosas conexiones políticas.
«El patrón con la industria de prisiones privadas y esta administración es ceder contratos a las empresas sin importar cuán malas sean», dijo Bob Libal, director ejecutivo de Grassroots Leadership, un grupo pro derechos de los inmigrantes.
«También ves (…) problemas extremos cuando expandes rápidamente el sistema de esta manera: hay una falta de supervisión, una falta de responsabilidad», advirtió Libal en declaraciones al portal de noticias Texas Tribune.
El aumento de la capacidad de detención constituye una parte clave de los esfuerzos de la administración Trump para combatir la inmigración ilegal.
Días después de su toma de posesión, Trump firmó una orden ejecutiva que incluía la construcción de más centros de detención para poder poner fin a la política de «capturar y liberar», donde los migrantes detenidos en la frontera son liberados mientras esperan una fecha ante la corte de inmigración para decidir su caso.
«Vamos a crear más espacio de detención para los inmigrantes ilegales a lo largo de la frontera sur para que sea más fácil y económico detenerlos y devolverlos a su país de origen», dijo Sean Spicer, entonces secretario de prensa de la Casa Blanca.