KABUL, Afganistán, agosto 3 (Notimex).-
Los fieles en una mezquita en la ciudad de Gardez, capital de la provincia de Paktia, en el este de Afganistán, fueron blanco hoy de un doble ataque suicida que dejó un saldo de al menos 34 personas muertas y 94 más heridas, informaron autoridades locales.
El ataque fue perpetrado la tarde de este viernes por dos hombres quienes vestidos como mujeres ingresaron a la mezquita Sahib-ul-Zaman, ubicada en el área de Khwaja Hassan, de Gardez, y durante las oraciones detonaron los explosivos que traían adheridos al cuerpo.
Hasta ahora, nadie ha reivindicado el atentado, pero los militantes del movimiento fundamentalista Talibán negaron su participación en la agresión, por lo que las autoridades afganas sospechan que la responsabilidad sería de combatientes del grupo yihadista Estado Islámico (EI).
El jefe del Departamento de Salud Pública, Khan Ahmadzai, confirmó que se han contabilizado al menos 34 personas muertas y otras 94 heridas, y que todas las víctimas fueron trasladadas al hospital civil, a un hospital privado y al hospital militar en Gardez.
El presidente de Afganistán, Ashraf Ghani, condenó la agresión en una declaración, calificándola como un “acto criminal y no islámico”, pero aseguró que ese tipo de acciones no pueden afectar la unidad entre los afganos, de acuerdo con reportes del canal local de televisión Ariana.
El sitio del doble ataque, entre cuyas víctimas hay un número aún impreciso de niños, se encuentra acordonado por las fuerzas de seguridad, en tanto son conducidas las investigaciones, declaró el oficial de policía del área, coronel Jamil Hotak.
Este es el más reciente de una serie de ataques registrados en Afganistán, donde los yihadistas están bajo una creciente presión de los bombardeos estadounidenses y las ofensivas terrestres afganas, por lo que el EI ha aumentado sus acciones.
Apenas el pasado martes, al menos 15 personas murieron en un ataque reivindicado por el EI en una oficina de refugiados en la ciudad de Jalalabad, al noreste de Gardez, al tiempo en que otras once perdieron la vida en la provincia de Farah cuando un autobús fue alcanzado por una bomba el mismo día.
Alrededor de mil 700 civiles han muerto en la primera mitad de este año, la cifra más elevada registrada en el mismo periodo desde 2009, cuando comenzó el recuento de víctimas, según datos de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).