Mauricio Zapata.-
Cd. Victoria, Tam.- En Tamaulipas solo cuatro de cada diez egresados de licenciatura encuentra empleo en el primer año, y de ellos, solo el 30 por ciento labora en actividades relacionadas con sus estudios.
Los resultados de la Encuesta Nacional sobre Ocupación y Empleo (ENOE) también arrojan que en esta entidad, a mayor grado de estudios que tenga una persona, es mayor la probabilidad de no encontrar un trabajo.
Sin embargo, los números indican que quizás por lo anterior, se registre una deserción del 54 por ciento en el nivel superior; además de que exista un rezago educativo del 48.7 por ciento y el promedio de escolaridad sea apenas de 8.2 grados.
Asimismo, en el análisis realizado a los resultados de los indicadores de ocupación y empleo que el Inegi reporta trimestralmente, se apreció que a mayor nivel de escolaridad hay una mayor tasa de desocupación.
Lo anterior ha derivado en que siete de cada diez jóvenes, entre los 15 y los 24 años de edad, salgan en busca de mejores oportunidades a otras localidades del país, incluso, muchos han tenido que ir a otras naciones.
Este grupo representa la fuerza de trabajo más calificada, por lo que el costo social para la formación de los individuos es muy grande y no se aprovecha al no haber un mercado de trabajo suficiente.
Ante ello, diversas instancias urgieron a las autoridades legislativas diseñar un marco que regule y establezca esta situación, de tal manera que se pueda detener el éxodo de profesionistas a otras localidades.
Por ejemplo, la Secretaría de Bienestar Social (Sebien), señala que al hacer una revisión de las funciones que actualmente llevan a cabo en esa instancia, en relación con las oportunidades laborales para los jóvenes, se detectó que éstas son meramente informativas.
Por ello, añade, la principal meta de sus nuevas atribuciones es lograr, por un lado, el desarrollo de los jóvenes en el aspecto profesional y económico y, por el otro, fomentar una cultura empresarial que impulse el desarrollo económico de este grupo.
Se argumenta que la realidad del comportamiento socio-económico y laboral exhibe un desaprovechamiento de la oportunidad del bono demográfico, aunado a que se exhibe la carencia de políticas y acciones que signifiquen una reversión a esta tendencia.