México, 25 Ago (Notimex).- Mario Frías y José Miguel Rascón se olvidarán por un momento de la escuela, trabajo u obligaciones en la sierra de Chihuahua y buscarán demostrar su calidad como corredores en las calles de la capital.
En busca de mejores oportunidades y de vivir la experiencia, los jóvenes ultramaratonistas correrán en la Maratón Internacional de la Ciudad de México los 42.195 kilómetros, una distancia menor a los 60 kilómetros de las competencias en la sierra.
Y la experiencia será completa, pues por primera vez dejaron el municipio de Urique, volaron en avión y llegaron a una ciudad tan grande, la cual recorrerán con huaraches, o quizá con tenis, para demostrar que vienen de una raza de pies ligeros: la rarámuri.
“Es la primera vez que salen de la sierra a la ciudad, el objetivo de esto es que vean que tienen otras oportunidades, que no se vayan de la sierra a tener costumbres malas, perder su costumbre, su lengua, que vean que hay oportunidades”, dijo a Notimex su representante Néstor Muñoz.
Mario Frías López, de 19 años, y José Miguel Rascón, de 14 e hijo del también ultramaratonista rarámuri Fabián Rascón, tienen una vida normal en la sierra, sin entrenamientos ni las condiciones de otros atletas, pero en sus pies sobra la calidad.
“Tienen su vida cotidiana, van de un lugar a otro, a la escuela, a trabajar en el campo, en sus siembras, cuidando ganado, cabras, esa es su vida cotidiana, no tienen una alimentación especial ni zapatos especiales, son corredores naturales, de fondo”, agregó.
Considerado por su representante como un corredor con futuro, Mario se dijo agradecido con el apoyo para estar en la Ciudad de México, en espera de cronometrar entre 2:40 y 3:00 horas en su recorrido.
“Trabajo en el campo, en el rancho, cuidando las vacas, camino todos los días cuatro o cinco kilómetros diarios, es normal vine a agarrar experiencia de correr en el pavimento, disfrutarlo y tener esa experiencia”, comentó.
“Vengo por primera vez a la ciudad a correr, me dedico a correr, a caminar, a trabajar en la sierra, también corro en maratones de 60 kilómetros”, dijo a su vez José Miguel, quien nunca ha corrido en asfalto, pero está orgulloso de sus 5:20 horas logrado en una competencia en Chihuahua.
Un proyecto de turismo en Urique es el principal sustento para apoyar y llevar a diversos lugares de México y del mundo a los ultramaratonistas, complementado con apoyo de gente y patrocinadores para garantizar su participación en diversas competencias.
Lo que no existe es apoyo del gobierno o de alguna institución, comentó Néstor, algo que sería importante para todos los corredores, aunque dejó en claro que lo único que buscan es el bienestar de los jóvenes y que tengan otras oportunidades.
“No tienen apoyo de nada, en realidad no lo hay, menos del gobierno, por eso es el proyecto, apoyarlos para que no sientan que solo pueden correr allá una vez al año, la gente nos apoya, se va uniendo más gente a la causa, para los chavos es una válvula de escape que tienen, la oportunidad de conocer cosas nuevas, gente nueva”.
Holanda, Nicaragua, Francia y otros países son algunos que han visitado corredores tarahumaras, motivación que tienen muchos jóvenes corredores para aspirar a mejores oportunidades, aunque también deben ser conscientes de que son un ejemplo para los niños.
“Ellos pueden llevar su sustento al rancho, ser ejemplo para los jovencitos, que vean que tienen la capacidad, también pueden y quieren darles motivación a los niños”, comentó Néstor.
Y, por qué no, soñar con hacer algo importante como corredores, “me gustaría ser un corredor bueno, correr y ganar una carrera o muchas”, dijo Mario.
José Miguel, con la herencia familiar de su papá, tiene conocimiento de lo que podría logar como corredor, seguro de que este domingo vivirá una alegría más: recibir una medalla o un trofeo para llevar a casa.