Seguramente usted conoce a alguien que, a pesar del calor, duerme tapado con una cobija o sábana.
Esto, a pesar de resultar extraño tiene una explicación científica.
Expertos señalan que la razón de esto, tiene que ver con la temperatura del cuerpo humano.
“Cuando nos vamos a dormir, nuestra temperatura cae unas décimas de grado. Esto hace que tengamos una sensación de frío durante la primera fase del sueño”, explicó el doctor Francisco Javier Puntas, miembro de la Sociedad Española del Sueño.
La reducción de temperatura, aunque es mínima, hace que necesitemos taparnos aunque haga calor.
Y es que, cuando alguien duerme, la caída de la temperatura provoca que las orejas se pongan rojas y la contracción de los capilares por la pérdida de temperatura.
Uno de los factores claves está en que la sensación de estar menos expuestos también favorece el sueño.
La razón en que haya personas que necesiten taparse en un ambiente muy cálido o no, es la temperatura interna, no la temperatura ambiental. Es decir que, dependiendo de cómo se regule la temperatura del cuerpo. “Depende de nuestro metabolismo, entre otros muchos factores como el exceso de peso que dificulta la regulación de la temperatura corporal”, indicó Puertas.
A pesar de los amplios estudios que se han hecho acerca de los factores y patrones de sueño, los especialistas no han podido establecer un parámetro acerca de cómo se controla la regulación del calor del cuerpo aunque se han detectado patrones, como que la necesidad de taparse en época de calor está más arraigada entre mujeres que hombres.
Otra de las cosas que han señalado los especialistas es que el sueño no solo es un proceso fisiológico sino una parte ritual por lo que, aunque no podría considerarse uno de los factores primordiales, no podría descartarse que se trate de una costumbre que esté relacionada, inconscientemente con el hecho de dormir.
“Las dos cosas que nos impiden dormir por mucho sueño que tengamos son el frío y el hambre. Son dos situaciones en las que predomina la supervivencia sobre el sueño. El exceso de calor nos puede dar una sensación de sueño, pero el exceso de frío siempre nos mantendrá despiertos. Nuestro cuerpo no se permite dormir ante la posibilidad de una hipotermia”, concluye el especialista.
Con información de: lopezdoriga.com