Con 34 años, Anthony Brown llegó a pesar 170 kilos y la balanza le azotaba con el látigo de la indiferencia al marcarle «error».
Por un tiempo, el hombre trató con una dieta en la que dejó de lado el refresco, las pizzas, hamburguesas y todo aquello que nos hace feliz, hasta que supo que no era lo suyo y creó su propio sistema.
Lo que hizo fue medir las porciones y consumir sólo 2 mil calorías diariamente. Sorpresivamente en dos años perdió 88 kilos sin ir ni una sola hora al gimnasio.
«Mi peso disminuía cada semana y todavía podía comer tantas comidas deliciosas. Fue increíble. Algunas personas necesitan 2 mil calorías para mantener su peso, pero como pesaba tanto, comer eso significaba perder 0,9 kilos por semana», explicó a Daily Mail.
Actualmente Anthony pesa 94 kilos y se dedica a ofrecer pláticas para adelgazar con su propia dieta, aunque ha comenzado a experimentar con otras.
«A veces no como nada más que una taza de café para el desayuno, bocadillos muy bajos en calorías durante el día y luego una cena de mil 600 calorías a las siete de la noche», confiesa.
Sin embargo, la nutrióloga Natalia Molina opina que la pérdida de peso podría ser contraproducente para Anthony en un tiempo y que la disminución de masa corporal no equivale a un estado sano de salud.
AC
Con Información de: SDPnoticias
