diciembre 14, 2024
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septiembre 7, 2018 | 913 vistas

José del Carmen Perales Rodríguez

Cd. Victoria, Tam. – La cotidianidad en la Ciudad y en buena parte del estado se ha circunscrito a reportes sobre hechos que lastiman a la sociedad, pero lo más grave es que hacen tambalear la propia percepción social de que no todo es como lo pintan, pues existen aún rasgos de altruismo y humanitarismo en los cuales en el mayor de los casos sus impulsores prefieren el anonimato.

Así ha pasado con la pequeña Helen Yamileet García Díaz, quien pese a la condición de su salud mermada por el cáncer nunca perdió la ilusión de de tener su quinceañera, de estar al lado de su madre la señora Juanita Díaz Tovar y espiritualmente de su padre el señor Juan García Quirino (+), así como rodeada de todos sus seres queridos y de quienes han estado al pendiente de su salud.

Paciente del Hospital Infantil y del Centro Oncológico de Tamaulipas, en donde se le atiende de este terrible mal que le fue diagnosticado desde los tres años de edad, Helen Yamileet ha unido a personal de ambas instituciones y a muchos ángeles más para hacer su sueño realidad.

Ataviada hoy con su vestido azul de quinceañera, esta guerrera que ha hecho frente con valentía y mucha fe a esta enfermedad, es una muestra de que la bondad se mantiene viva en los corazones de la inmensa mayoría de los victorenses.

Acciones como ésta devuelven a la sociedad la esperanza de que los valores que se consideran perdidos desde hace casi una década, se pueden recuperar con el aporte de todos, como ha ocurrido con esta pequeña victorense que en medio de su sufrimiento nos enseña que nunca nadie se debe dar por vencido.

Es triste saber que Helen Yamileet sufre, que diariamente libra una intensa batalla por su salud, por su vida, pero su persistencia debe dejarnos la enseñanza de que cuando hay fe y deseos de ayudar nadie puede darse por derrotado.

¡Felicidades Helen Yamileet! Gracias por ayudarnos a recuperar la confianza en nosotros mismos, gracias por hacer que los buenos victorenses recordemos de lo que somos capaces por nuestros semejantes.

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