México, 7 Sep (Notimex).- Una investigación de la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) reveló que rasgos de personalidad, antecedentes de salud mental en la familia y autolesiones son factores que requieren atención en aquellos jóvenes con intentos de suicidio.
Francisco Villar, autor de este estudio y también responsable de la Unidad de Conducta Suicida del Servicio de Salud Mental del Hospital San Juan de Dios Barcelona, informó lo anterior al trabajar con adolescentes que presentan un alto riesgo de suicidio.
El psicólogo ha estudiado más de 800 casos de menores que han presentado una conducta suicida y que han sido atendidos en los últimos años en dicho hospital, para determinar cómo se puede avanzar en su tratamiento para evitar reincidencias.
Este estudio forma parte de la tesis doctoral «Factores de riesgo en la conducta suicida en la adolescencia», que Francisco Villar presentó en la UAB, tesis dirigida por Tomás Blasco y Carmina Castellano, profesores del Departamento de Psicología Básica, Evolutiva y de la Educación de la institución.
La UAB informó en un comunicado, que el especialista clasificó a estos jóvenes en tres grupos. El primero y más numeroso al representar 60 por ciento del total, está formado por aquellos que presentan problemas vitales y de conducta como la desadaptación, fracaso escolar y problemas familiares.
Un segundo grupo, que representó el 30 por ciento de los casos, está integrado por adolescentes que sufren trastornos de salud mental graves, mientras que el porcentaje restante y que corresponde al tercer grupo son jóvenes que, sin presentar problemas mentales ni haber dado señales de riesgo en su trayectoria vital, intentan suicidarse como respuesta a un evento estresante.
Del total de pacientes atendidos, reveló la investigación, un 9 por ciento de los casos intenta suicidarse de nuevo en un plazo de seis meses después del alta hospitalaria.
Entre los factores de riesgo de suicidio identificados son rasgos desadaptativos de personalidad, es decir, con problemas de gestión de las emociones y de las relaciones, tanto con otros como con ellos mismos.
También son importantes los antecedentes de problemas de salud mental en la familia, así como autolesiones.
“Estos resultados resultan especialmente útiles para los profesionales de salud mental, ya que evidencian que es especialmente necesario extremar las medidas de seguridad y la atención, en el seguimiento posterior al intento de suicidio”, explicó el especialista.
Los resultados de esta investigación muestran que, contrariamente a la creencia actual, la depresión no es el factor predictor de reintentos de suicidio.
En ese sentido, Francisco Villar destacó la importancia de promover en la adolescencia tratamientos orientados a la adquisición de habilidades como gestión emocional, habilidades sociales y solución de conflictos, lo que podría incidir más en la prevención de la conducta suicida que los orientados al tratamiento de la depresión.