Shalma Castillo.-
Cd. Victoria, Tam.- El mejor estudio, ha sido su práctica diaria. 35 años de vida los ha dedicado a atender al más exigente comensal.
En este difícil, pero apasionado camino, ha aprendido sin estudiar, gastronomía, cómo preparar platillos mexicanos… y también muestras de cocina internacional.
Quizás no lo conozca usted como Francisco Javier Álvarez Pérez, pero sí por El Güero Frank…
Nacido en Monterrey, Nuevo León, con familia en Oyama. Con una amplia trayectoria en restaurantes y cocinas en Victoria, hoy forma parte del equipo de meseros en Don Elías… ahí en el 11 Juárez.
El oficio reclama siempre estar preparado para atender al cliente… incluso en muchas ocasiones, hacerle al psicólogo.
EL INICIO EN ESTE OFICIO
Frank, comparte de desde los 13 años empieza a trabajar como mesero en el Sierra Gorda, después en Los Monteros, El Casino y La Tasca, en este restaurante pasa una once años de su vida y aprende gran parte de lo que ahora sabe.
Y desde hace 19 años, se encuentra en Don Elías, un centro de trabajo el cual considera que ya es parte de su vida, desde los clientes, el patrón y los compañeros.
“A mí me gusta servir, tener contacto directo con el cliente, porque en aquel entonces, mis hermanos y yo boleamos en la plaza del 15 y del ocho, también trabajamos en la venta de frituras y ahí es como conocemos la atención directa con el cliente”.
LA COCINA, SU TERAPIA
El servir un platillo al comensal, no nada más es su fuerte, sino que también prepararlo.
Pues Frank sabe preparar de todo tipo de platillos, desde comida mexicana hasta internacional.
Sin estudiar gastronomía, él prepara cualquier antojito que el cliente pida…
Platica que muchas de las recetas que ahora sabe cocinar se las debe a su maestro de aquel tiempo, el dueño de la Tasca, él es quien le enseña la cocina internacional.
Y la mexicana, viendo aquí y allá… “me dicen que por qué no hago un libro de recetas y digo que no, las recetas las tengo como mis hijos, todo aquí (se toca la cien), en mi mente”.
De los platillos que más piden y más cocina en el actual restaurante, es todo lo que lleva machacado.
…Machacado con huevo, en salsa molcajeteada, a la mexicana, o como el cliente lo quiera…
Otro platillo muy requerido son los huevos equipados, “son dos huevos estrellados sobre una tortilla de harina o de maíz, llevan jamón, queso fresco, frijoles, aguacate y van bañados con una salsa de chorizo, salsa de machacado o mixto”…
“Pueden ser ciegos, fritos, revueltos o volteados, llevan su término de cocción, tiene su chiste y no nada más aventarlos así, porque el cliente es exigente y hay mucha diferencia entre uno de otro, preguntan mucho cómo son ciegos; esos son estrellados con una capita la yema”.
Sin duda, Frank disfruta lo que es la cocina y servir al cliente, pues dice que ya hasta es su terapia, “las veces que me toca cubrir a mi compañero, lo disfruto, llegan comandas y comandas debes estar preparado ver qué es la que sigue darle agilidad”.
“NO ES COSA FÁCIL SER MESERO,
TIENES QUE TENER VOCACIÓN”.
“Vienen clientes de todo; desde funcionarios, familias, gente de fuera, y el trato es por igual, no hay diferencias”.
Ser mesero, no solamente es llevar a la mesa un platillo, también es hacerla hasta de psicólogo con muchos clientes.
“No sabemos cómo vienen, entonces tratamos de ayudar a esa persona que pase un momento agradable aquí, muchas veces se llegan abrir con uno, nosotros saludamos, preguntamos cómo está y empiezan agarrar confianza y a platicar”.
EXPERIENCIAS
De tantas anécdotas que vive a diario, hay una que tiene muy presente, y cuando se acuerda de ella para contarla, no puede evitar reírse…
“Hace unos años se hace una conferencia de prensa aquí, y llega ‘Geño’ con un grupo de periodistas, algunos de ellos me dicen ‘oye güero, estos tenedores y cucharas por favor ponlo ahí en el saco’, y yo digo que sí, y meto un salero, cucharas, cuchillos”…
“Pero lo que yo sé, es que el saco es del que en ese entonces es gobernador…. y a la hora de despedirse se levanta, agarra el saco y se lo quiere poner, pero se escucha aquel ruidazo de las cucharas y todos se ríen… nada más dijo ‘ahh güero’, y ahora cada que vienen me dicen ¿te acuerdas de aquella vez…? la verdad, me dio miedo después, que me fueran a regañar o despedir”.
JUBILARSE DE LA COCINA, JAMÁS
“Nunca he pensado en retirarme, lo mío es servir a la gente y cocinar”.
Además de prestar su servicio en el restaurante, también tiene un negocio propio, claro, algo relacionado con la comida.
Frank, también hace platillos para eventos, pero no cualquier platillo, son platillos especiales, pues no es algo que encuentren en la carta de algún negocio, son creaciones que la gente conoce desde hace 30 años en la Tasca,
son recetas alemanas.
Además, este oficio le da para sacar adelante a su familia… sus tres hijos más grandes, ya todos unos profesionistas, los más pequeños continúan estudiando.
Kimberly es maestra en educación, Gerardo es guía turístico internacional y Edwin trabaja en el municipio de Xilitla, San Luis Potosí, allá viven.
Fabricio y Yatana, los más chicos, también tienen gusto por la cocina, preparan cualquier platillo y Frank los deja experimentar, a Edwin también le gusta meterse a cocinar… “de repente me habla y me dice ‘estoy preparando tal cosa, qué más le pongo’, pero no les recomiendo que se dediquen a esto, es bien duro, aunque finalmente lo que les gusta, los apoyo, en mi casa la mayoría somos meseros, éramos 13 hermanos y cinco estamos en lo mismo”.
HUMILDAD, TOLERANCIA Y VOCACIÓN
“Yo recomiendo a quienes se dedican a esto, tener humildad, ser respetuosos y tolerantes con el cliente, para eso está uno aquí, para servir y atender a la persona, venga como venga el cliente”.
Frank confiesa que le toca atender a clientes que vienen con mal humor, pero de inmediato él se da cuenta…
“No se le da el avión, ya con el vasito de agua y buenos días, ya le bajas la guardia, y solito empieza a ceder, estudio a la persona, porque si te pones al tú por tú, nunca vas a terminar y te va a contagiar lo que él traiga”.
jr