Shalma Castillo
Cd. Victoria, Tam.- Son las seis de la tarde y ya están los puestos bien instalados en la Plaza Juárez de Ciudad Victoria.
El pronóstico de lluvia no era nada halagador y las nubes ya anunciaban una nueva y fuerte presencia para “aguadar” la verbena. Dos horas antes había llovido y se esperaba más agua.
Al final, el clima se portó benévolo.
Sin embargo, el olor a cebolla, a carne, a elote hervido, a chile, a pan, a mayonesa, a mostaza y hasta a café inundaba una explanda colorida.
La música con piezas mexicanas daban ambiente a una plaza que desde esa hora comenzaba a coparse por victorenses. Por capitalinos ávidos de alguna celebración; de algo con qué sentirse contentos.
Niños de la mano de su mamá o sentados en los hombros del papá.
Jóvenes con blusas bordadas tomadas de la mano de su galán o con la amiga.
Caras pintadas con los colores de la bandera nacional.
Pero todos con impermeable, por si las dudas.
Señoras y señores que van sólo por el pozole o los buñuelos y que dejan a las nuevas generaciones vibrar con estos eventos, quizás la fecha más nacionalista del año.
Chavos con camisa blanca y paliacate rojo, pero con pantalones y tenis de marca extranjera. Señoras con blusa chiapaneca, pero con bolsa Kipling. Hombres con la playera de la selección con la alemanísima Adidas al frente.
Pero son tiempos de celebrar a la patria. Por eso ya están preparados con banderas y afinando la voz para arengar los “vivas” que el mandatario aliente horas más tarde.
Por lo pronto, los puestos con antojitos mexicanos rodean una plaza lista para recibir a cientos de personas que esperan el final de la fiesta para poder bailar o al menos, para escuchar al grupo musical que amenizará en la noche con su mexicanísimo repertorio.
Pero más allá del primer cuadro de la ciudad, Victoria también para y celebra. En algunas casas se ve como sale el humo de los patios con la ya tradicional y muy norteña carne asada.
Familias aprovechan para reunirse y fortalecer sus lazos. Para convivir con los suyos y gritar también el “¡Viva México!” con tequila o cerveza. Con tostadas o pozole. Con tacos y ¿por qué no?, con hamburguesas y hot dogs.
Como en la plaza, en donde si bien, la mayor parte de los puestos son de comida mexicana, también lo había de hamburguesas y perros calientes.
En la escalinata del Palacio de Gobierno, se dispuso de una enorme tarima adornada con motivos tricolores, pero también azules y verdes tono fosforesente. Con adornos coloniales y con mucha vigilancia.
