DAMASCO, Siria, septiembre 16 (Notimex)
Los electores sirios acudieron este domingo a las urnas para elegir a los Consejos de Administración Local, las primeras elecciones locales desde diciembre de 2011, en las que más de cinco millones de refugiados y seis millones de desplazados internos no pudieron votar.
Los centros de votación se abrieron a las 07:00 horas locales (04:00 GMT) de este domingo dentro de las zonas controladas por las tropas del gobierno de presidente Bashar al Asad, para elegir entre más de 40 mil candidatos a un total de 18 mil 478 consejos administrativos provinciales.
“Después de la apertura de las mesas electorales, los ciudadanos comenzaron a emitir sus votos, expresando su deseo de participar activamente en este evento constitucional”, informó la agencia oficial de noticias SANA.
Siria celebró elecciones locales por última vez en diciembre de 2011, apenas nueve meses después del inicio de la guerra de siete años que, según las cifras de las Naciones Unidas (ONU), ha causado la muerte de casi 500 mil personas y más de once millones de desplazados.
La elección viene a fortalecer los poderes de los consejos locales y logrará un equilibrio en el proceso de desarrollo a través de los poderes dados por la ley de administración local a los consejos de provincias, ciudades, pueblos y municipios, agregó la agencia.
La televisión estatal transmitió imágenes de sirios depositando sus votos en las urnas de varios centros en Damasco y en los bastiones costeros de Tartus y Latakia, que están bajo control del Gobierno, mientras funcionarios electorales observaban.
Además, el canal estatal también mostró imágenes de la votación en Deir Az Zor, la ciudad oriental recapturada en su totalidad el año pasado por las tropas sirias, después de feroces batallas contra militantes del grupo Estado Islámico (EI).
El reporte de SANA destacó que ninguna votación se llevó a cabo en áreas fuera del control del Gobierno, incluyendo partes del noreste, que siguen bajo control de los kurdos y la norteña provincia Idlib, hogar de unos tres millones de personas, que sigue en poder de los rebeldes.