mayo 2, 2024
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septiembre 18, 2018 | 279 vistas

Diego López Bernal.-

En un país en el que los casos de insuficiencia renal crónica crecen a un ritmo de diez por ciento anual, contar con hospitales en Ciudad Victoria con capacidad para realizar trasplantes de riñón, así como con doctores certificados para ello, es una oportunidad de vida.

Con un aproximado de siete mil tamaulipecos con este padecimiento, en esta Capital existen 30 pacientes listos para recibir un trasplante, con todos los protocolos médicos concluidos: 21 en el Hospital Regional de Alta Especialidad (HRAE), ocho en el General y uno en el Infantil.

Al respecto, el cirujano especializado en trasplante de riñón, Jorge Salinas Graham, comenta que la demanda es alta en Victoria, pero lo más grave es que existen muchos pacientes que no saben que ya tienen la enfermedad y, como en todos los casos de problemas de la salud, un diagnóstico oportuno resulta vital para la atención médica y las expectativas de una mejor atención.

La semana pasada, el HRAE realizó el trasplante número 55, cirugía que se realiza ahí desde hace aproximadamente nueve años, opción real junto a los hospitales Infantil y General, que son los tres nosocomios de la Capital de Tamaulipas en prestar este servicio.

Especializado en estos procedimientos, el doctor Salinas Graham confirma que además de los 30 pacientes listos para ser trasplantados existe otra cantidad similar, o incluso mayor, en fase de estudios para llegar a la etapa de ser candidatos a la cirugía.

Ante ello, el médico victorense llama a la población a conocer e informarse más sobre la donación de órganos, pues las listas de espera a nivel nacional son amplias y cada vez hay más pacientes en ellas, por lo que donar representa salvar vidas.

Como principales causas para presentar una insuficiencia renal, en México está documentado que son las enfermedades crónico-degenerativas las que están provocando este creciente problema, específicamente la diabetes mellitus y la hipertensión arterial.

Incluso, expertos en el país han dejado en claro que este problema es muy grave y ocurre en todas partes del mundo, pero se acentúa un poco más en países de Latinoamérica, como México, en donde es la segunda causa de años de vida perdidos por discapacidad.

Para una ciudad como la Capital de Tamaulipas, contar con esta opción resulta de vital importancia para los siete mil pacientes que padecen la insuficiencia renal crónica, tomando en cuenta que existe la capacidad para ser atendidos aquí mismo.

A la fecha, en poco más de nueve años, en Ciudad Victoria han recibido un riñón aproximadamente 80 pacientes, tanto en el HRAE como en el Infantil y en el Hospital General.

 

VALERIA: LA VIDA EN JUEGO.

¿Te imaginas que en plenitud de tu juventud te digan que tus riñones simplemente ya no funcionan? Justo a los 18 años, coincidentemente con la llegada a la mayoría de edad y tu corazón late de otra manera, coordinándose para hacer planes de vida, esto fue lo que le pasó a Valeria.

Ella comenzaba sus estudios universitarios, practicaba volibol y hasta se daba tiempo para trabajar cuando su cuerpo empezó a enviar las señales de que algo no estaba bien; los mareos y el agotamiento súbito la llevaron a su primer contacto con el hospital.

Dos semanas después, tras estudios especializados, la familia de Valeria fue enterada de que “su niña” padecía poliangeítis microscópica (PAM), la cual es una vasculitis sistémica, inflamatoria y necrotizante, que afecta predominantemente a los vasos pequeños en múltiples órganos (orpha.net).

Valeria aún no lo sabía pero este mal silencioso, que probablemente lo portaba desde su nacimiento, era la causa de las fiebres y fatiga que la llevaron a vivir casi de manera permanente en la Unidad de Medicina Familiar del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), ubicada en La Loma, de esta Capital.

Su vida dio un giro drástico pues la PAM dañó de tal manera sus riñones que al paso de los meses simplemente ya no funcionaron; la solución más práctica era un trasplante, pero aún pasarían muchos meses más para concretar este procedimiento médico que le salvaría la vida.

Fue su padre, Gilberto, quien tomó la decisión y sorprendió a su hija al notificarle que se haría los estudios necesarios para saber si podía darle uno de sus riñones a Valeria; la familia completa recargó así las baterías que necesitarían para superar estos momentos de incertidumbre.

Finalmente, el 24 de septiembre de 2014 Valeria fue operada por el cirujano Salinas Graham en esta Capital y, gracias al regalo de su padre, hoy nuevamente es una chica con renovadas expectativas de vida; estudia y trabaja, además de practicar deporte.

“No se preocupen, llegará cuando tenga que llegar”, dice Valeria con emoción en su voz al pedirle un mensaje para todas aquellas personas que hoy están en una lista de espera para recibir un riñón y así, con valentía, agradece también a los médicos de Victoria por haberle salvado la vida.

“El doctor Salinas es un ser humano extraordinario, muy preocupado y ocupado por sus pacientes; aun ahora, cuatro años después, él nos toma las llamadas cuando necesitamos de su orientación”, señala esta joven con renovada esperanza en sus ojos.

Así es la vida de un trasplantado, como la de cualquier otra persona, pero ahora conscientes con una doble responsabilidad: Cuidar el órgano recibido, pues fue un regalo y, en consecuencia, de su salud misma, lo cual puede representar una luz de esperanza para más de siete mil tamaulipecos que hoy padecen de insuficiencia renal crónica.

 

 

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