México, 1 Oct (Notimex).- Un grupo de astrónomos descubrió, mediante el uso del telescopio VLT, grandes reservas cósmicas de hidrógeno atómico alrededor de galaxias distantes.
Lo anterior hace que casi todo el cielo del universo temprano brille en emisión Lyman-alfa, es decir, imperceptible al ojo humano.
La radiación Lyman-alfa observada por el instrumento MUSE, instalado en el VLT, tiene su origen en la transición electrónica atómica de los átomos de hidrógeno, que emiten luz con una longitud de onda de alrededor de 122 nanómetros.
“Es un gran descubrimiento; la próxima vez que se mire al cielo en una noche sin luna y vean las estrellas, imaginen el brillo invisible del hidrógeno, primer elemento básico para la construcción del universo, iluminando todo el cielo nocturno”, explicó Themiya Nanayakkara, miembro del equipo.
Los científicos observaron tenues nubes de hidrógeno en el universo temprano brillando en emisión Lyman-alfa, la cual cubre casi todo el campo de visión.
El equipo de astrónomos observó en la región HUDF, ubicada en la constelación del horno, a casi 60 millones de años luz de la Tierra, miles de galaxias dispersas en lo que parecía ser una mancha oscura del cielo.
El hallazgo de la emisión Lyman-alfa en HUDF es la primera en la que los astrónomos detectan la débil exposición de las envolturas gaseosas de las galaxias más tempranas.
“Con estas observaciones de MUSE, obtenemos una vista completamente nueva de las envolturas de gas difuso que rodean a las galaxias en el universo temprano”, abundó Philipp Richter, miembro del equipo.