Con el tiempo cada vez más personas se hacen conscientes de la urgencia de cuidar el ambiente y de aportar disminuyendo el consumo de productos industriales, reciclando, separando la basura e incluso dejando de utilizar objetos como los popotes o las bolsas de plástico, sin embargo, esto no es suficiente.
Aunque es cierto que el plástico es uno de los principales contaminantes de los océanos, según NGO Ocean Conservancy, desde 1980 se han recogido de playas y mares más de 60 millones de colillas, cifra que que supera con creces la de bolsas, botellas o popotes recolectados de las mismas masas acuáticas. .
Además, suele pensarse que por tratarse de un objeto pequeño, no es dañino para el ambiente y es una práctica muy común que los fumadores las arrojen al suelo mientras caminan o conducen y en muy pocos lugares este residuo del cigarro se separa para desecharse de manera correcta.
Sin embargo, este producto hecho principalmente de celulosa (un material natural), son capaces de contaminar mucho más el agua de lo que lo hace el plástico pues contiene una gran cantidad de químicos nocivos.
Cuando las colillas entran en contacto con el agua, se expanden y liberan todos los residuos tóxicos que contienen, entre ellos nicotina, arsénico y plomo. Por si fuera poco, tiene un periodo de degradación muy largo.
Pero este no es un problema que sólo afecte a las especies marinas que pueden morir al consumir estas sustancia, tarde o temprano termina dentro de nuestro sistema digestivo cuando comemos mariscos.
Ante el preocupante panorama, las empresas productoras de cigarros con filtro, han estado buscando formas de usar colillas más amigables con el ambiente y han implementado campañas para alentar a la gente a depositar el residuo en botes y no en pastos, playas y calles. Lo que no debe perderse de vista es que para que estas medidas funcionen, también es importante nuestra participación para resolver el problema.
Con Información de: SDPnoticias