diciembre 13, 2024
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octubre 28, 2018 | 1177 vistas

Shalma Castillo.-

Los miles de kilómetros que la separan de sus seres queridos han sido todo un reto.

Perder el miedo la llevó a conocer a su primer amor al corazón de España… Madrid.

También a recorrer diferentes continentes del globo terráqueo.

Y aunque piensa que la vida lejos de casa es como la montaña rusa, a veces estás arriba y después abajo, es un proceso que Lidia Berenice González Arredondo ha disfrutado.

Primero su paso por Madrid, donde permanece por tres años, y ahora desde hace un año en Barcelona.

La originaria de tierras regias, a sus cortos seis meses de vida, la adoptó la ciudad fronteriza de Tamaulipas: Reynosa.

Ahí termina sus estudios hasta nivel medio superior, para después cursar la Universidad en The University of Texas Pan American. Ahora conocida como University of Texas of The Rio Grande Valley en Edinburg, Texas, donde egresa de la carrera de Negocios Internacionales con especialización en finanzas.

¿CÓMO Y CUÁNDO DECIDE EMPRENDER LEJOS DE CASA?

Luego de haber egresado de la universidad, Lidia trabaja para una compañía en Reynosa y a su vez como maestra de inglés. Sin embargo, la intención de continuar preparándose profesionalmente siempre la tiene presente.

Aunque el posgrado no necesariamente desea que sea en España, la oportunidad se da a través de un programa de maestría por nueve meses al cual decide aplicar y mandar solicitud, donde es favorecida con una entrevista y al no tener un plan de dónde continuar, a las dos semanas ya todo sale positivo para ir a España.

Lidia platica que el máster es como una alianza entre una empresa española y una Universidad de Madrid, donde existe la posibilidad que una vez terminado, si a la gente de la empresa le gusta tu despeño (porque ahí haces prácticas), te pueden seleccionar para quedarte a trabajar, y como es compañía mundial, puedes quedarte ahí o en otro país.

Y desde entonces han transcurrido ya cuatro años…

 

¿CÓMO HA SIDO LA VIDA EN ESPAÑA?

Totalmente diferente…

Diferente cuando vas a vivir que a estudiar, porque tienes metas a corto plazo y no terminas de adaptarte al estilo de vida que llevan, porque te predispones a que solo vas a estar cierto tiempo y la manera de experimentar las cosas es distinto.

Todo es novedad y más light, aunque de estudiante es más sufrido porque tienes todo limitado, todo te parece más caro, echas de menos a tu familia, amigos, la rutina, pero poco a poco te vas adaptando a la cultura y formas de la gente y empiezas a encontrar tu sitio, platica.

Aunque Lidia confiesa que el proceso de adaptación todavía sigue siendo difícil para ella y ahora que está en Barcelona, más.

Dice que en Madrid la gente es muy abierta, aparte, en el máster solo una persona es de ahí y el resto de fuera, y la convivencia es especial, porque todos pasan por la misma etapa de adaptación.

“Cuando estudias con foráneos es más fácil hacer amigos, relacionarte y salir. Pero ya que empiezas a trabajar es más difícil, porque comienzas a echar de menos tu casa, los compañeros de escuela se regresan a sus lugares de origen y como yo soy una persona muy cercana a mi familia, y no soy extrovertida, el relacionarme me cuesta”, expresa.

La vida en verano es distinta a la de invierno, en frío la gente sale menos y, bueno, el estar lejos de casa es algo que a veces le provoca tristeza.

“El echar de menos la casa, familia, amigos, de pronto se vuelve poco duro, son altos y bajos, es como una montaña rusa, de repente estás woow feliz y luego, no tanto”…

 

¿LE HA TOCADO SER PARTE DE LA SEGREGACIÓN?

Sí, Lidia como muchos mexicanos y tamaulipecos, ha sido parte del racismo que hay en otros países. No por el hecho de ser mexicana, sino, porque no quieren a los inmigrantes en su sociedad.

“Me ha tocado experimentar eso en Madrid, pero es diferente, porque los catalanes son más arraigados y les cuesta más trabajo aceptar a los inmigrantes.”

“En Madrid con la gente mayor me pasa que hacen comentarios como discriminatorios, y dices, a lo mejor lo que es políticamente correcto para ellos, no necesariamente para nosotros”.

Pero en Barcelona, recientemente le pasó una experiencia de ese tipo; “hace algunos fines voy en autobús, y una señora empieza a decir de los inmigrantes; ‘España no se puede sostener, y no sé por qué sigue recibiendo extranjeros, que vayan a buscar trabajo en su país, nos vienen a quitar la comida de la boca’… y pues bueno yo solamente callada y sonreía, ¿qué podía decirle?”

Lidia comparte que en Barcelona vive sola, tiene un grupo de amigos de la iglesia y de personas que conoce de Madrid, y ahora por alguna razón viven también allá.

“En Barcelona la gente es poco cerrada, no como en Madrid y ellos mismos te lo dicen, la persona catalana por descripción es más reservada y es difícil hacer amigos, porque ellos ya tienen sus amistades de toda la vida, pero los mexicanos que te llegas a encontrar aquí, son muy abiertos y dispuestos”.

Pese a todas las experiencias, Lidia asegura que Madrid es su primer amor y dejar esa ciudad no es difícil, pero ahora, aunque ya tiene un año radicando, desde hace cuatro meses le ha tomado cariño a Barcelona.

 

¿EN QUÉ CONSISTE EL TRABAJO?

Lidia trabaja en una empresa de automoción, donde son proveedores para compañías como Volkswagen y Nissan.

Ella está en el área de control, por la parte de compras y lo que hace es mantener el presupuesto de compras, poner los objetivos anuales, semestrales, bimestrales y vigilar que lo cumplan las distintas regiones.

“Estoy en el departamento global, es una empresa multinacional y vemos las distintas regiones, porque hay plantas en Asia, Europa, América del norte y del sur, nos dividimos las regiones y trabajamos con controles para vigilar que se cumpla con objetivos de ahorros y gastos”, menciona.

Su trabajo le da la oportunidad de viajar por el mundo, hasta ahora Lidia ya conoce muchos pueblos de Francia, Alemania, Italia, Honk Kong, lograr el sueño de visitar Corea del Sur, también Japón, Rusia, Inglaterra, China, India, dice que en esos lugares se comunica en inglés o bien, con señas; “sé un poco de coreano y en Corea lo intentaba practicar, mi ciudad favorita es Seúl”.

 

¿LAS FLAUTAS SON DE HARINA?

“Por supuesto que no, las flautas son de maíz, son tortillas doradas de maíz”.

Lidia al igual que quienes viven o crecieron en otra ciudad de Tamaulipas dice que solamente en la Capital las flautas son de harina, porque en el resto, son hechas con tortilla de maíz.

Y aunque obviamente lo que más extraña es a su familia y a su perrita, también, las carnes asadas…

“Por muchos restaurantes mexicanos que pueda haber acá, no hay como unos buenos tacos como los de “Pipos” de Victoria, y los Ducks de Reynosa, que están justo al lado de mi casa”.

 

¿EXPERIENCIA QUE MÁS RECUERDA?

Su llegada a Madrid por primera vez…

“Me acuerdo mucho que llego a la estación Del Sol y empiezo a subir las escaleras eléctricas, por primera vez veo la fachada que parece un pez, y al salir lo primero que veo es el Oso y el Madroño y que se me salen las lágrimas, ahí es cuando digo, ‘no puedo creer que estoy aquí’, en ese momento asimilo que estoy en España y ya con dos días estando acá”.

 

¿QUÉ ES LO QUE MÁS COME EN BARCELONA?

La tortilla de patata, el platillo de sobrasada que es como paté picante, también se come mucho pulpo a la gallega y por supuesto, las tapas no pueden faltar…

Allá procura caminar mucho, por lo menos seis kilómetros al día, además en Barcelona se da mucho lo de andar, las calles son bonitas, aunque también se utiliza mucho el metro o autobús.

Su lugar favorito es la Sagrada Familia, los atardeceres son fantásticos, caminar por Paseo de Gracia y Plaza Cataluña.

 

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