WASHINGTON (AP) — A una semana de las elecciones legislativas en Estados Unidos, el Pentágono informó el lunes que enviará unos 5.200 soldados, algunos de ellos armados, a la frontera suroeste para una operación militar extraordinaria con la intención de ayudar a frenar a los migrantes centroamericanos que avanzan lentamente en dos caravanas por México y que aún se encuentran a varios cientos de kilómetros de territorio estadounidense.
La cifra duplica con creces los 2.000 soldados emplazados en Siria para combatir al grupo Estado Islámico.
El presidente Donald Trump, ansioso por atraer la atención de los votantes a la agenda migratoria, reiteró sus amenazas contra la caravana, al tuitear: “¡Es una invasión a nuestro país y nuestro ejército los está esperando!”
Las advertencias del presidente se dieron mientras el Pentágono comenzaba a ejecutar la “Operación Patriota Leal”, que el Comando Norte de Estados Unidos describió como una iniciativa para ayudar a la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP por sus iniciales en inglés) a fortalecer sus defensas en puertos de ingreso legal y lugares cercanos. Helicópteros de tecnología avanzada permitirán que los agentes de protección fronteriza vayan tras los migrantes.
“Vamos a mantener la frontera segura”, dijo el general de la Fuerza Aérea Terrance O’Shaughnessy, líder del Comando Norte, en una conferencia de prensa. Habló junto a Kevin McAleenan, comisionado de CBP.
Alrededor de 800 efectivos ya van rumbo al sur de Texas, comentó O’Shaughnessy, y habrá 5.200 al finalizar la semana. Dijo que los elementos se enfocarán en Texas, y posteriormente en Arizona y California.
La caravana con alrededor de 3.500 migrantes se ha ido reduciendo de los alrededor de 7.200 miembros que tenía hace una semana, pero ya se formó un segundo contingente con alrededor de 600 personas que se enfrentaron a la policía federal mexicana en un puente fronterizo con Guatemala.
La operación militar provocó críticas de inmediato.
“Enviar a las fuerzas militares activas a la frontera sur no solo es un enorme desperdicio del dinero de los contribuyentes, sino una medida innecesaria que provocará aún más pánico y militarización de nuestras comunidades fronterizas”, dijo Shaw Drake, del centro de derechos fronterizos de la Unión Americana de Libertades Civiles en El Paso, Texas.
El personal militar tiene prohibido por ley participar en la seguridad migratoria. Entre los elementos desplegados se incluye a miembros de la policía militar, ingenieros de combate y otros que ayudarán en el refuerzo de la frontera sur.
La CBP busca un incremento en su personal para responder a la caravana de migrantes centroamericanos. El propósito de las tropas militares es brindar asistencia a la patrulla fronteriza y no involucrarse directamente con los migrantes.
La Casa Blanca también sopesa medidas adicionales para proteger la frontera, incluyendo impedir que los miembros de la caravana soliciten asilo legal y evitar su ingreso a Estados Unidos.
La creciente retórica y los despliegues anticipados ocurren en momentos en que el presidente intenta convertir a la caravana en un tema electoral clave a solo unos días de los comicios legislativos que determinarán si los republicanos retienen el control del Congreso.
“Esta será una elección sobre Kavanaugh, de las caravanas, del estado de derecho, los recortes fiscales y, ¿saben qué más? Será una elección del sentido común”, dijo Trump en un mitin el sábado en la noche en Illinois.
Continuó con sus amenazas el lunes cuando tuiteó, sin evidencia, que “muchos pandilleros y algunas personas muy malas están mezcladas en la caravana que se dirige a nuestra frontera sur”.
“Por favor, dense la vuelta”, les exhortó, “no se les permitirá entrar a Estados Unidos a menos que pasen por el proceso legal. ¡Es una invasión a nuestro país y nuestro ejército los está esperando!”
La oscura descripción de la caravana por parte de Trump distorsiona el hecho de que cualquiera de los migrantes que complete la larga travesía hacia la frontera enfrenta ya una serie de complicados obstáculos, tanto físicos como burocráticos, antes de que se le permita ingresar a Estados Unidos. Las leyes estadounidenses e internacionales les otorgan a los migrantes el derecho a solicitar asilo, pero hacerlo podría tomarles tiempo. Ya existe un cuello de botella para los solicitantes de asilo en varios cruces fronterizos, y en algunos casos la lista de espera es hasta de cinco semanas.
Un posible anuncio de Trump sobre medidas fronterizas adicionales estaba programado de manera tentativa para el martes, habían dicho funcionarios del gobierno, pero el mandatario insistió en su lugar en viajar a Pittsburgh, en donde un hombre armado mató a 11 personas el sábado dentro de una sinagoga, en lo que se cree que es el ataque más letal en contra de judíos en la historia de Estados Unidos. La portavoz de la presidencia, Sarah Huckabee Sanders, no dio respuestas el lunes a las preguntas sobre la caravana y las posibles medidas fronterizas.
“Tenemos varias opciones sobre la mesa”, dijo al recalcar que permitiría que el público supiera de cualquier discurso en materia migratoria, pero que por el momento no tenía conocimiento de ninguno.
Se prevé que las tropas realicen distintas funciones, como el transporte de provisiones para la Patrulla Fronteriza, pero no involucrarse de manera directa con los migrantes que intenten cruzar la frontera desde México, indicaron las autoridades. Un funcionario del gobierno dijo que las tropas serán enviadas inicialmente a bases de tránsito en California, Texas y Arizona, mientras la CBP elabora un plan para establecer los lugares precisos en los que quiere que se posicionen las tropas. El Comando de Transporte de Estados Unidos publicó el lunes un video en su página de Facebook en el que se observa un avión de transporte C-17 que, dijo, enviaba equipo militar a la frontera suroeste en respaldo a la “Operación Patriota Leal”.
El ejército de Estados Unidos ya comenzó a entregar barreras de concreto en la frontera sur, como parte de los planes de despliegue.
Mattis le dijo a la prensa que viajaba con él el domingo que el despliegue todavía se resolvía, pero que los efectivos adicionales proporcionarían apoyo logístico, entre otro, a la Patrulla Fronteriza y apoyarían las labores de los 2.000 efectivos de la Guardia Nacional que ya están ahí.