José Bruno del Río Cruz.-
Como era de esperarse, el famoso tema aeroportuario ha acaparado noticias, columnas, mesas de discusión televisivas e infinidad de declaraciones de técnicos, políticos, empresarios, religiosos y todo aquel con interés muy legítimo y otros no tanto, pero ha sido una semana llena de pronósticos capaces de asustar al más sublime monje budista.
En efecto, se desató una ofensiva en torno al resultado de una discutida elección pública que se inclinó por el proyecto llamado Santa Lucía, que consiste en ampliar el actual aeropuerto y transformar el militar con más y mayores pistas de aterrizaje. El problema tiene dos aspectos principales el político y el financiero, el primero radica en el extraordinario interés que han mostrado algunos empresarios y políticos de alto nivel quienes, al decir del propio López Obrador, habían adquirido grandes propiedades en torno del futuro gran proyecto del Nuevo Aeropuerto Internacional a un precio irrisorio, para convertirlo en una gran área de construcciones inmobiliarias, hoteleras y de distracción, proyecto que se vería frustrado al resolverse este importante caso a favor de Santa Lucía.
El aspecto financiero había despertado gran duda, por el temor de que los megacontratos no se cumplieran y las constructoras demandaran fuertes cantidades y otras graves reclamaciones de los grupos financieros nacionales y extranjeros, que el peso se devaluara y la bolsa cayera peligrosamente.
Hasta hoy viernes por la noche, todos los negros pronósticos han fallado, nuestra moneda recuperó $1.05, la bolsa tuvo algunas alzas y cinco de las principales constructoras, con antiguas relaciones con Marcelo Ebrard, atendieron una invitación de AMLO quien se acompañó de Carlos Urzúa, próximo Secretario de Hacienda y los Subsecretarios Arturo Herrera de Ingresos y Gerardo Esquivel de Egresos, empresarios que hicieron declaraciones positivas de la reunión.
La preocupación en el aspecto financiero se deriva de los programas que anunció en su campaña López Obrador y que insiste en iniciar con altos costos, por ejemplo: Adultos Mayores 120 mil millones, Jóvenes Construyendo 86 mil 400, Becas para Educación Básica 35 mil, Personas con Discapacidad 12 mil, Sembrando Vida 12 mil, Becas para 300 mil Universitarios ocho mil 640, Construcción de Refinería 50 mil, por supuesto que estas cantidades son en millones de pesos.
Como si lo anterior fuera poco, el presupuesto del año entrante tendrá que contemplar el costo financiero de la deuda que AMLO recibe 725 mil millones, Pensiones y Jubilaciones 928 mil, Participaciones a Estados y Municipios 703 mil, y algunas otras deudas que seguramente irán apareciendo, como usted ve, enterado lector, el paquete requiere ingresos suficientes.
GASOLINA Y ENERGÍA, LO MÁS URGENTE
Lo que sería muy conveniente para fortalecer la confianza sería, en forma inmediata, meterle mano a PEMEX y a la CFE, porque los aumentos en la gasolina y en la electricidad han causado gran irritación popular, por ejemplo, PEMEX deberá importar diésel Ultra Bajo en Azufre para cumplir las nuevas normas para reducir las emisiones contaminantes de autobuses y camiones a los que no cumplirá PEMEX, pues ya declaró que no puede surtir esta clase de combustible, pues no produce lo suficiente para ello, por lo tanto tendrá que importar este combustible a mayores precios, los que subirán los costos del transporte de carga y pasaje para el próximo año, generando mayor inflación.
UN BUEN INGRESO QUE SE NOS PUEDE IR
Otro problema que puede afectar nuestra economía es el pleito de los productores de aguacate de Michoacán con los empacadores exportadores e industriales de este fruto, hasta hoy los productores pararon el corte, protestando por una baja injustificada en el precio que los comerciantes comenzaron a aplicarle a los productores y cortadores de Michoacán.
De no llegar a un pronto arreglo se pueden perder los mercados de Japón, Canadá, China y Europa que tanto trabajo y dinero ha costado abrirlos a las exportaciones de nuestro rico aguacate y que significan miles de millones de dólares para México.
Ya ve usted, paciente lector, cómo van a tener los nuevos altos funcionarios suficiente chamba para no pasar una Navidad en el cómodo hogar navideño, con las pesadas cargas que les traerá en su vieja bolsa el visitante a quien aman todos los niños, esperando con alegría lo que pidieron en sus cartitas y que traerá su felicidad, como esperamos que López Obrador también la dé al pueblo mexicano.