WASHINGTON, E. U., noviembre 5 (Notimex)
A dos años de haber asumido la presidencia tras su sorpresiva victoria, Donald Trump y sus políticas enfrentarán la primera prueba de fuego real este martes cuando millones de estadounidenses acudan a las urnas para renovar parte del Congreso y los gobiernos de 36 entidades.
Aunque el nombre del mandatario no aparecerá en las boletas en las que se sufragará en los 50 estados del país más el Distrito de Columbia desde las siete de la mañana tiempo del este, cuando abran las primeras casilla, los votantes no podrán substraerse a la imagen del mandatario.
Trump ha tenido un nivel protagónico por encima de cualquier otro candidato de los dos partidos gracias a su presencia diaria en las pantallas de televisión a promedio de dos eventos en dos estados, haciendo campaña a favor de candidatos republicanos al Senado y algunas gubernaturas.
En cada uno de ellos, el mandatario ha dejado de lado los temas locales para insistir en el impacto nacional de la elección, repitiendo hasta el cansancio que la derrota de su partido pondrá en riesgo lo ganado por su presidencia, presentando así esta elección cómo un referendo de su presidencia.
Sin embargo, durante una conferencia telefónica con simpatizantes esta mañana, el mandatario buscó distanciarse de esa narrativa, insistiendo que es la prensa quien busca presentar estas elecciones como un examen público de sus políticas.
“Mañana, lo consideremos o no, la prensa lo está considerando bastante un referendo sobre mi, sobre nosotros, como movimiento”, dijo poco antes de partir a Ohio, la primera de las tres paradas de su jornada de proselitismo de este lunes que lo llevará también a Indiana y Missouri.
La estrategia de Trump de hacer sólo campaña por senadores ha sido vista por algunos como una confirmación de reportes de que su partido perderá la Cámara de Representantes, aunque el mandatario ha dicho que esa decisión obedeció a razones prácticas en vista de que el número de diputados es mucho mayor al de los senadores.
En las elecciones del seis de noviembre, los estadounidenses votarán para elegir 435 miembros de la Cámara de Representantes, así como 36 de los cien senadores, al igual que 36 gobernadores, y cientos de miles de cargos estatales y locales.
Los republicanos mantienen por ahora el control de las dos cámaras, aunque los 247 escaños que ocupan en la cámara baja les confieren un control más efectivo que en el Senado, donde retienen 52 escaños contra 49 de los demócratas.
La presencia del mandatario en eventos como los de este día ha permitido generar entusiasmo entre la base electoral de su partido, si bien la mayoría de los sondeos ha mostrado que este no es exclusivo de los republicanos.
Este nivel de entusiasmo parece ser la explicación detrás de los 30 millones de votos por anticipado que se habían sufragado hasta el pasado viernes, cuando se dio a conocer el más reciente reporte.
Por todo ello, hay quienes estiman que esta, más que una elección para renovar el Congreso, será una en la que los estadounidenses calificarán la presidencia de Trump a partir de las políticas que ha perseguidos e implementado.