Valeria Maldonado Peña.-
En una noche algo fría, y en la sala cálida de su abuelita, el pequeño Jacinto, en compañía de sus padres y una tía, nos recibió con visible alegría y mucha energía para mostrarnos que su pasión por el baile y la música regional no es solo un pasatiempo o algo que alguien le impuso.
Para este niño de solo cuatro años, el baile es algo que se toma con mucha seriedad y profesionalismo pues a su corta edad, ya ha aprendido lo que es subirse a un escenario y tener que dar lo mejor de sí para ofrecer un buen espectáculo al público presente.
Sus padres Amelia Rodríguez Gallegos y Jacinto Verdines Barrón, son testigos del gusto que tiene su hijo por el baile desde hace casi un año atrás. Razón por la que decidieron seguir fomentando este gusto, con la finalidad de que los desarrolle plenamente.
“Jacinto tiene cuatro años, le gusta mucho el baile y lo tenemos en un grupo de danza folklórica. Generalmente todos los días, de lunes a viernes tiene ensayos, de una hora y media aproximadamente”, comentó el papá del pequeño bailarín.
Ambos aseguraron que toman este gusto de su hijo con mucha responsabilidad, por eso para ellos fue muy importante el encontrar un sitio en el que Jacinto pudiera desarrollar su talento y aprender de otros para irlo mejorando; el lugar en el que fue bienvenido fue en el grupo de Danza Folklórico Tamatán que está a cargo del profesor Miguel Ángel Martínez.
“Él iba a cumplir tres años cuando notamos que tenía habilidad y sincronía en sus pies para bailar, que no se le dificultaba mucho el hacer ciertos pasos”, indicó su mamá quien agregó que fue una vez en una fiesta familiar, cuando una tía de Jacinto lo tomó como pareja de baile que les sorprendió el que pudiera seguir los pasos.
Debido al gran amor de su hijo por el baile folklórico, y a que es el más chico de edad dentro del grupo de danza en donde se desempeña, Jacinto suele ser el centro de atención de las presentaciones que realizan. Tal fue el caso, de su pasada participación en el Foro Cultural de la Feria Tamaulipas 2018.
“Él se emociona mucho bailando, en el escenario él se transforma porque le gusta mucho y cada presentación o baile que va a tener le emociona, y en la Feria lo vimos muy contento porque a él le gustan los aplausos y que lo vean bailar”, señaló Amelia al respecto.
Su papá narró que en un inicio, Jacinto no se unía a los ensayos del grupo de danza pues le daba un poco de pena sin embargo le gustaba quedarse a mirar las coreografías que realizaban, hasta que un día se animó a hacer los calentamientos y a la hora de empezar con los bailes, él ya se sabía muchos de los pasos pues se los había memorizado de solo verlos.
Respecto al gran foco de atención que se le hace a su hijo, debido a su corta edad y su naturalidad para bailar, ambos padres coincidieron en que es entendible que llame la atención pero que siempre se tiene respeto por el lugar en el que están y nunca tratan de sobresalir, pues saben que Jacinto forma parte de un grupo en que cada uno tiene su valor.
Por otra parte, la tía del pequeño bailarín, Maricruz Rodríguez quien también forma parte del mismo grupo de danza, indicó que lo que llama la atención de su sobrino no es solo su corta edad sino que tiene la capacidad de aprenderse los pasos de varias coreografías; especificó que por lo general en una presentación hay 12 bailes, de los cuales Jacinto se sabe entre seis y ocho.
Y es que para este pequeño el bailar es parte de su ser, pues aprovecha cada oportunidad para demostrar sus mejores pasos. De igual manera, entiende lo que significa portar algún traje típico, y cada vez que usa uno, lo hace con orgullo y mucha emoción. Es sin duda un joven talento que se está puliendo, para llegar hasta donde su pasión lo lleve.
