diciembre 12, 2024
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noviembre 17, 2018 | 369 vistas

Rubén Jasso.-

Con entusiasmo, amplios conocimientos y una gran disposición para formar a niños y jóvenes en la disciplina del Tae Kwon Do, los entrenadores Artemio Ramos y María Esther Piña, se han distinguido por plantar un semillero de talentos que al paso del tiempo se ha convertido en una gran cosecha, y como muestra están las medallas y trofeos que lucen en las paredes de su centro de entrenamiento, ubicado en 37 y 38 Juárez de esta Capital.

El profesor Ramos, quien ostenta la cinta negra cuarto dan y suma años de experiencia, nos comenta sobre el proceso que debe cumplir un niño que desee iniciar su camino en la disciplina.

“Principalmente lo que se hace es enseñar las bases del Tae Kwon Do, se les enseña a patear y a desarrollar todas sus habilidades para que posteriormente ya entren al área de combate”, comenta.

Y añade: “Cuando ellos ya saben patear, como meter su pie, como pegar, (y tienen) sus movimientos más definidos, lo primero que hacemos es iniciarlo en el área de petos para iniciar a golpear el área de las costillas que se les llaman ‘pichagis’ y otros movimientos más específicos para los niños”.

Bajo la mirada de los padres de familia en el centro Team Panteras, los entrenadores comienzan su labor diaria a las cinco de la tarde con los más pequeños y terminan la jornada alrededor de las nueve de la noche con los juveniles adultos.

La motivación de todos ellos, es que al estar afiliados a la Organización Vonnnacher, asisten de manera frecuente a torneos estatales, regionales y nacionales, contando con exponentes de mucho futuro en el Tae Kwon Do como es el caso de la pequeña Renata Ramos Piña, quien ha destacado en diversas competencias fuera de Tamaulipas, mientras que otras niñas ya despuntan para lograr también cosas importantes en este deporte.

Al respecto, Renata nos habla de sus inicios en esta disciplina que requiere de mucha dedicación y esfuerzo para llegar lejos, tal como ella lo viene haciendo.

“A mí me gusta el Tae Kwon Do porque desde que era chiquita mis papás me tenían en el porta bebé y como veía los golpes decía: ‘voy a ser igual de buena que mi mamá y quiero ser igual que Iridia Salazar’ y desde ahí le empecé a echar bastantes ganas y me gustó mucho el Tae Kwon Do porque siento que es una pasión para mí y siento que ahora es parte de mi vida”, dice la deportista de diez años de edad.

Sobre sus experiencias, Renata comenta que le ha tocado enfrentarse a niñas mayores que ella, situaciones que asume con valentía porque sabe que son parte del camino para llegar a la cumbre del éxito.

“Me ha tocado contra niñas mayores de edad que yo, he estado nerviosa cuando entro a una competencia, pero entrando al tatami se me quitan los nervios y siento que me va a ir bien y como mi papá es mi entrenador, sé que él va estar conmigo y me va a apoyar en las buenas y en las malas, si gano pues es mucho gusto para mí, pero si pierdo es otra experiencia que voy adquiriendo”, sostiene.

Acerca del tiempo que dedica a sus entrenamientos pensando siempre en dar lo mejor en la siguiente competencia, la pequeña que cursa el sexto grado en una primaria de esta Capital, refiere que inicia su actividad a las seis de la tarde y hasta las nueve de la noche de lunes a jueves, dándose tiempo para ayudar a otras niñas a mejorar sus habilidades.

Mostrando parte de su cosecha de medallas para las respectivas fotografías, Renata Ramos Piña menciona que ha ganado alrededor de 20 preseas, además de trofeos en sus participaciones fuera del estado, asistiendo a competencias en Acapulco, Torreón, Monterrey, Querétaro y otras ciudades.

El esfuerzo en cada evento es al máximo y la taekwondoina describe una competencia en especial.

“Me gustó cuando fui a Acapulco, porque si ganábamos íbamos directo a la selección mexicana y mi sueño es estar en la selección de Tae Kwon Do, estar con los de más alto nivel y me gustó mucho esa medalla porque aparte de que fui a conocer Acapulco, adquirí una nueva habilidad que fue como usar el peto electrónico, como aprender a girar la cadera y saber pegarle”, destaca.

Otro de sus sueños, es llegar a representar a México en unos Juegos Olímpicos, además de convertirse en entrenadora de Tae Kwon Do para aplicar todas las enseñanzas que les han proporcionado sus padres tanto a ella como a su hermana Natalia, quien también empieza a despuntar en esta disciplina en competencias dentro y fuera del estado.

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