diciembre 13, 2024
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diciembre 3, 2018 | 564 vistas

Fernando Valero Salinas.-

La marca cada vez es más fuerte. Y con eso Ciudad Victoria va creando un propio rostro. Un rostro que solo le pertenecerá a ella.

Y para eso, su gente, sus habitantes lo hacen más grande, pero sobre todo, lo gritan mucho más fuerte: “las flautas son de harina.

Y ese rostro se hace presente en una esquina muy peculiar. Muy céntrica y que hacen mucho más genuino que las flautas son de harina y son las más grandes.

Al entrar al negocio de flautas se puede percibir el aroma de los diferentes guisos de comida que se preparan.

El olor de las tortillas de harina recién hechas en el comal, se percibe y no se puede resistir. Se palpa y hasta entra en la mente de quien ingresa al lugar aquel producto redondo, grande con un guiso adentro.

Así es el ambiente que se vive todos los días en el negocio de la «Flauta Soñada» ubicado en el Nueve Matamoros, en el mero centro de Ciudad Victoria.

Ahí es prácticamente la capital de la flauta, sí, de esa flauta que tanto se enorgullecen y “pelean” los victorenses. Ahí se comenzó a hacer victorense la flauta de harina. Justo ahí, nace la flauta de harina, de la que hoy los victorenses presumen en el mundo.

 

40 AÑOS DE FLAUTAS

La señora Luz María Martínez propietaria de este emblemático negocio de la ciudad, nos platicó que ella y su familia tienen aproximadamente 40 años con su negocio.

“Fue a mediados de los años setentas cuando iniciamos con este negocio. Fue aquí en donde le hemos dado identidad a las flautas con tortilla de harina, que a la fecha nos dan la satisfacción de ser un platillo cien por ciento victorense”.

La señora Luz María nos narró que sus tías iniciaron su negocio de flautas en el Nueve Guerrero donde antes estaba la terminal de los Transportes Tamaulipas.

Después, su familia inició su propio negocio en la esquina del Nueve Matamoros, pero con una flauta más grande y decidieron ponerle el nombre de la «Flauta Soñada».

«La verdad aquí tenemos un poquito más de cuarenta años, pero unas tías su negocio lo tenían acá en los Transportes Tamaulipas, en la esquina del Nueve, ellas iniciaron mucho antes, pero nosotros cuando empezamos aquí, las hicimos un poco más grandes, ellos las tenían, pero no tan grande», comenta orgullosa.

 

LA FLAUTA DE HARINA VA EN ASCENSO

Para los victorenses nunca pasará de moda comerse una flauta, sobre todo por la mañana.

La costumbre es cada vez más fuerte y cada vez más arraigada entre la población capitalina.

A lo largo de todos estos años, la señora Luz María nos mencionó, que hasta el momento siempre va mucha gente a su negocio a degustar sus flautas y los guisos con que las preparan.

Así, la salsa verde, la carne deshebrada, el picadillo, el chicharrón, los frijoles con queso y las de huevo verde, esperan la capa de harina con que cubrirse y alimentar el almuerzo de la gente de Ciudad Victoria.

“Pues yo creo que es cada vez más la gente que le gusta la flauta, que le gusta venir aquí con nosotros, que le llama la atención almorzarse una buena flauta. La flauta es de Victoria y la gente de Victoria así lo entiende, por eso es que el gusto por este almuerzo va pa´ arriba”.

 

HASTA POLÍTICOS VAN POR SU FLAUTA

Al negocio de la “Flauta Soñada” han ido a comer personas importantes, como políticos, diputados, candidatos de algún partido político, estudiantes, rectores y empresarios, entre otros.

“Uno de los políticos que viene muy seguido a comer flautas es Gustavo Cárdenas Gutiérrez, pero igual vienen de todos, ha habido diputados, alcaldes y mucha gente”, nos mencionó la señora Luz María.

Y que hasta el momento sus clientes siempre la han tratado bien, por lo que su relación y su amistad con ellos siempre ha sido buena, pero todo se lo debe, dijo, a que las flautas son de harina.

 

LA CIUDAD CAMBIA, LAS FLAUTAS NO

Mientras continúa con la plática, agarra un bulto de masa, la hace bolita, luego la aplana con el rodillo y la aplana lo más que se pueda hasta hacerla grande.

Con una agilidad que le ha dado la práctica, a una mano la acomoda en el comal, ya que empieza hacer como burbujas, la voltea y es ahí en donde le echan el guisado.

Agarra el plato de salsa verde, con una cuchara sopera comienza a llenar la tortilla, la dobla, la voltea, espera unos dos minutos, la saca del comal, la parte y queda lista la enorme flauta.

El comensal toma el plato. Agarra una mitad de la flauta, la abre, cuando lo hace sale humo, le echa salsa roja, la vuelve a doblar y de un bocado se acaba una cuarto de ese enrome taco.

A lo largo de estos cuarenta años, la señora Luz María, reconoce que Ciudad Victoria sí ha cambiado mucho, ya que hoy la cuidad es más grande que antes.

También nos platicó que las tortillas deben de ser de harina, ya que en el caso de aquí de Victoria, por tradición, a la gente siempre le ha gustado que las flautas sean de harina y por el gran sabor que tienen combinadas con los guisos.

La señora Luz María Martínez nos platicó también que hasta el momento su negocio siempre le ha dado a ganar nada más lo necesario para sobrevivir y seguir pasándola bien.

Una de las anécdotas positivas que han tenido con algunos de sus clientes, señala la propietaria de la «flauta soñada», es que cuando piden su orden, ella les explica, son grandes y no chicas y que cuando las ven se les hace muy chistoso su tamaño y hasta el momento nunca ha tenido una anécdota negativa en su negocio.

Finalmente invita cordialmente a toda la gente a que visiten su negocio a probar sus flautas, donde serán bien atendidos por su propietaria.

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