diciembre 14, 2024
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diciembre 13, 2018 | 200 vistas

Shalma Castillo.-

Cd. Victoria, Tam.- Desde que el Indio Juan Diego llenó su manto de rosas en el Cerro del Tepeyac, la caravana de creyentes no ha dejado de fluir…

Año tras año, millones de mexicanos visitan cada 12 de diciembre a la Virgen de Guadalupe en todo el territorio nacional… incluso en el extranjero, en donde continúan levantándose santuarios para venerarla

Es el amor a la Madre del Mesías… Y de ese amor infinito no escapa Tamaulipas…

Agradeciéndole a la Patrona de México, el haberle permitido ser precisamente madre y, sobre todo, que su bebé se haya logrado, ya que los doctores decían lo contrario, Karen, desde hace dos años acude al Santuario de la Virgen de Guadalupe, vistiendo de Juan Diego a ese niño que no le daban pronóstico de vida…

“Cuando estaba embarazada me vi muy mala, pedí mucho, mucho, y estoy muy agradecida con la Virgen de Guadalupe, los doctores me decían que él no iba a vivir, y aquí está, tan hermoso”.

Aunque comenta que desde niña sus papás le inculcaron la religión católica y devoción a la Morenita, cada año asiste en su día, para llevar una veladora y estar presente en la celebración de misa.

Pero ahora con más fe que nunca, y como muestra de ello, con su hijo, para que siga la tradición, que “como buen mexicano ahora tiene que creer en la Virgen de Guadalupe”.

Evelio Hernández… con fe, agradece el poder volver a estar de pie.

En silla de ruedas, con ayuda de un familiar, llega hasta la iglesia, para cumplir con su manda.

Luego de tener un problema complicado de salud, y ser sometido a cirugía de columna, Evelio dice ser bendecido por Dios y la Virgen de Guadalupe, que con devoción les hizo suplica para salir exitoso de la operación.

“Estoy cumpliendo con la manda de venir a verla por salir bien de mi operación, ya me estoy recuperando, porque no podía caminar, ahorita ya camino poco con ayuda de andador y gracias a Dios y a la virgencita de Guadalupe, que les pedí con mucha fe y ellos lo concedieron”, expresa.

También hay quienes como en cumplimiento de manda, simplemente por permitirles un año más de vida, llegan danzando hasta la iglesia.

Desde la colonia Bertha del Avellano, María de los Ángeles junto al grupo de danza, realizan la peregrinación recorriendo las calles de la Capital hasta llegar a la Loma, al Santuario.

“Lo hago por devoción, porque soy creyente, creo en Dios y en la madre de Jesús que es la Virgen de Guadalupe, que siempre escucha mis peticiones, a veces uno tiene problemas en casa, le pide con fe y las cosas se solucionan”, enfatiza con alegría y orgullosamente portando su traje de danza.

“Amolado”, con bastón de madera y la vista dañada, Antonio, a sus 83 años desde el Ejido la Libertad hace el esfuerzo por visitar en su día a la Virgen del Tepeyac.

“Por devoción vengo a ver a la virgencita, creo en ella porque todo lo que uno le pide, se lo cumple, aunque quisiera venir a verla seguido, por mi salud no puedo, pero en su día no falto”, expresa.

Y así como ellos, cientos de fieles católicos asisten a darle gracias a la Virgen, tan solo por permitirles un día más de vida, a cumplir una manda porque les concedió el milagrito o para hacerle una petición…

“En el cielo una hermosa mañana…» el coro de fondo no se deja de escuchar.

El arraigo popular de La Guadalupana sigue intacto entre el pueblo victorense.

Las mañanitas a la Virgen, ahí en la Basílica de Guadalupe, es una hermosa ocasión para reafirmar el cariño a la Patrona de México.

…. una historia… que no tiene fin…

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