diciembre 11, 2024
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enero 5, 2019 | 368 vistas

Rubén Jasso.-

Era un grito de batalla inconfundible y bastante pegajoso entre los miles de aficionados que llenaban cada 15 días el estadio Marte R. Gómez para apoyar fervientemente al entonces debutante Correcaminos en la Primera División de nuestro balompié cuando corría el año de 1987.

“Calienta, Lila, Calienta” era el coro que sonaba al unísono en el inmueble de la calle Carrera Torres cuando el reloj se acercaba a las doce del mediodía y aparecía en escena Aurelio López Molina, conocido popularmente como “La Lila”, mientras que los jugadores de azul y blanco se alistaban en los vestidores para sostener una auténtica batalla contra esos “gigantes” del máximo circuito que visitaban la Capital tamaulipeca… América, Cruz Azul, Chivas, Pumas, Toluca, Leones Negros, Atlante… y el resto del elenco.

Su figura era inconfundible desde lejos cuando abrían las puertas de la tribuna de “Sombra” a pocos minutos de arrancar el partido, y acompañado de otras personas, entraba a la pista para dar la vuelta a la cancha mientras animaba a la afición a subir de intensidad las porras para su equipo.

De cuerpo “llenito”, vestido siempre con una camiseta blanca que mostraba el logotipo de Correcaminos, short de color claro, calcetones y tenis, además de sus infaltables gafas de sol tipo “Ray Ban”, la enorme bandera que sostenía era el estandarte con el cual su imagen se fue quedando grabada en la mente de los aficionados y también para la posteridad.

Entusiasta y alegre como era, atendía la petición de los miles de aficionados que le pedían que se pusiera “a calentar” para “solucionar” la falta de gol que a veces aquejaba al equipo, haciendo los movimientos propios de quien se alistaba para entrar a un partido… y entonces surgía el coro… “Calienta, Lila, Calienta”.

Una y otra vez… y más veces… y ya “listo para entrar”, simulaba patear un esférico o cabecear hacia la portería mientras que en las tribunas se escuchaba el grito de “goool”… así era Aurelio López Molina, quien apoyaba en las buenas y en las malas a su equipo, tanto en Victoria como en otras plazas.

En aquellos años la afición también conoció a Miguel Caballero y su porra oficial, a Jesús “La Chana” Guerrero, a “Los Catarrines Boys” que tocaban en Sombra, a Rito Quiñones que amenizaba con sus instrumentos en Sol General norte y a otros personajes, quienes junto con “La Lila”, animaban a la afición que aguantaba estoicamente por horas, el inicio del partido a las 12 del mediodía.

Buenos y malos momentos se vivieron en los primeros años de Correcaminos en el máximo circuito, pero la imagen de Aurelio López Molina “La Lila”, quedó grabada para siempre en la mente de miles de aficionados, quienes el pasado jueves se enteraron de su fallecimiento en Monterrey, donde vivía desde hace mucho tiempo, sosteniendo en los últimos años una férrea lucha contra un padecimiento que terminó quebrantando su salud, dejando un buen recuerdo en la afición “de la vieja guardia” que se divertía con su peculiar manera de apoyar al conjunto de la UAT.

 

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