WASHINGTON (AP) — Nancy Pelosi estará detrás suyo. Habrá dos inmigrantes centroamericanas que lo observarán desde un palco. Una mujer de raza negra que peleó la gobernación de Georgia refutará sus palabras.
Cuando Donald Trump emita su informe anual sobre el Estado de la Unión el martes, estará rodeado de vivos recordatorios de la derrota electoral que dio a los demócratas la mayoría en la Cámara de Representantes y de una cantidad récord de mujeres en el Congreso.
Pelosi, la presidenta de la cámara baja, estará sentada en una tarima detrás del mandatario. De frente Trump tendrá una cantidad sin precedentes de mujeres representantes, la mayoría de ellas demócratas fáciles de distinguir por sus vestidos blancos. ¿Y en la tribuna alta? Habrá dos ex empleadas de un club de golf de Trump en Nueva Jersey, ambas inmigrantes centroamericanas, que dijeron que la organización de Trump las contrató a sabiendas de que estaban en el país ilegalmente.
Acto seguido. Stacey Abrams será la primera mujer de raza negra que refuta las afirmaciones del presidente.
“Espero que lo haga bien. La respeto”, declaró Trump el jueves al hablar de Abrams, que perdió por muy poco la contienda por la gobernación de Georgia ante Brian Kemp, un aliado del mandatario.
Trump dijo que su discurso estará enfocado en el tema de la unidad, a pesar de que insiste en su demanda de que se le dé dinero para construir un muro en la frontera con México para evitar otra paralización del gobierno el 15 de febrero. Poco antes de que hablase él, Pelosi reiteró que no se le dará un centavo y cuestionó los conocimientos de Trump en materia de seguridad nacional.
Trump pronunciará su informe ante una sesión conjunta del Congreso en un momento delicado, en el que republicanos y demócratas tratan de evitar otra paralización del gobierno, que hace poco vivió la suspensión de actividades más larga de su historia. Algunos legisladores han invitado a empleados públicos que no recibieron paga por 35 días y que temen que esto se vuelva a repetir ante la insistencia de Trump de pedir dinero para el muro como condición para aprobar un presupuesto y la negativa de los demócratas a darle esos fondos.
Trump visitará un congreso lleno de legisladores nuevos, elegidos en respuesta a sus comentarios incendiarios sobre las mujeres, los inmigrantes, los musulmanes y otros temas.
Habrá dos inmigrantes centroamericanas invitadas por los legisladores en una de las tribunas.
Una es Victorina Morales, una guatemalteca que trabajó para uno de los clubes de golf de Trump en Nueva Jersey por años a pesar de que no tenía permiso de residencia. Morales, invitada por la representante demócrata de Nueva Jersey Bonnie Watson Coleman, dijo en una entrevista que respeta al presidente. Pero que está cansada de oírle decir que los inmigrantes son una plaga que les saca trabajos a los estadounidenses.
“Olvídese del muro, deje de separar a las familias y saque adelante una reforma a las leyes de inmigración”, expresó Morales en una entrevista con la Associated Press.
También estará presente Sandra Díaz, una costarricense de 46 años que limpió la ropa del mandatario y le tendió la cama en su club de Bedminster.
Díaz trabajó en el club del 2010 al 2013. Será invitada del representante demócrata Jimmy Gómez, de California, según el abogado de ambas mujeres, Aníbal Romero. Díaz dijo a la AP el mes pasado que también fue contratada a pesar de que los supervisores sabían que no tenía papeles. Ahora es residente legal. Indicó que decidió hablar porque está molesta porque Trump describe a los inmigrantes como gente violenta.