diciembre 15, 2024
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febrero 7, 2019 | 278 vistas

En un proyecto que desarrolla la Universidad Autónoma de Tamaulipas (UAT), con el apoyo del Programa para el Desarrollo Profesional Docente (Prodep), se estudia la presencia de nuevas especies de parásitos en los peces, analizando los especímenes a nivel molecular.

Al respecto, la investigadora del Instituto de Ecología Aplicada (IEA), doctora Lorena Garrido Olvera, dijo que esta labor es parte del proyecto: “Metazoarios parásitos de los peces de Tamaulipas”, que tiene dentro de sus objetivos identificar y analizar los parásitos cuya presencia se pueda encontrar en peces con un valor comestible.

Explicó que el estudio consiste en revisar la musculatura del pez para conocer la presencia de algún parásito en estado larvario, lo que permite identificarlos.

Precisó que se encontraron larvas de una clase de parásitos conocida como cestodos, alojados en la musculatura de peces como corvinas, la guabina, la croca o la trucha.

“También hay un trematodo, que de hecho no es uno, sino dos especies del género clinostomum, y al parecer una de ellas se trata de una nueva especie, por lo que estamos corroborando la información molecular”, señaló.

Comentó que parte del trabajo consistió en realizar un estudio morfológico con la ayuda del microscopio estereoscópico óptico, a fin de reconocer los grupos a los cuales pertenecen las especies.

“Pero muchas veces, como son larvas, no poseen las características que nos haría llevarlo o determinarlo a un nivel de especie. Entonces para eso pasamos a la siguiente fase, que fue obtener el DNA (ácido desoxirribonucleico) de cada uno de los ejemplares que fueron obtenidos en el campo”.

“Después lo que hicimos fue amplificar solo una región de ese DNA, el 28-S, y ese gen después fue secuenciado (caracterizar cómo está conformado ese gen). Y eso hicimos para cada uno de los ejemplares que obtuvimos y pudimos llegar a la identificación a nivel de especie”, asentó.

Comentó que para la identificación utilizó la base de datos GIM Bank, para tener acceso a diferentes genes de diferentes especies.

“Es básicamente lo que hicimos, y ese es el resultado, que ya tenemos la identificación a nivel especie con ayuda de la información molecular”, dijo.

“Yo creo que nada más va a ser una nueva especie, pero lo importante de aquí es que, no nada más se trata identificarlos, sino saber qué tanto se conoce en el país o si ha sido registrado”, apuntó.

“Y de eso pues tenemos varios nuevos registros, pero al parecer una de las especies de clinostomum, no se ha descrito en el mundo, que fue la que encontramos: un clinostomum de guabina”.

“Pero falta la otra parte, hay que contrastar la información molecular, hacer todo un estudio morfométrico y someterla para que se reconozca como una nueva especie”, añadió.

Concluyó que este hallazgo es importante, porque eso es básicamente lo que se hace al explorar la diversidad biológica de la cual pareciera que ya se conoce todo.

“Pero si nosotros le escarbamos vemos que muchas veces han estado ahí los ejemplares, pero nadie los ha descrito, nadie se ha detenido a detallarlos. Y eso es lo que falta, trabajo taxonómico para poder describir a todas las especies”.

 

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