Cerca del Coliseo, donde los hombres condenados luchaban contra animales salvajes, ahora 14 reclusos, con camisa de mezclilla y pantalón marrón, por primera vez hacen una tarea bastante diferente: limpiar la basura que dejan en el parque Oppian Hill de Roma los paseadores de perros y los niños.
Son custodiados por oficiales de la prisión, que brindan seguridad y superan en número a los internos tres a uno. Esta iniciativa, organizada por el ayuntamiento de Roma, beneficiará a los parques y jardines de toda la capital, con la participación eventual de cien prisioneros.
Trabajarán en lugares como Villa Sciarra, un parque elegante en la colina Janiculum dañado por vandalismo y abandono, y Piazza Vittorio, una plaza en el centro de la ciudad; también trabajarán reparando algunos de los miles de baches de las carreteras de Roma y posteriormente el plan se extenderá a otras ciudades de Italia, como Milán, Palermo y Nápoles. «Es el primer proyecto de este tipo, un proyecto que pensado para seis meses y luego se evaluará si debe seguir», señaló Gabriella Stramaccioni, encargada del proyecto.
“Estos son tipos que han cometido delitos relativamente leves como resultado de las circunstancias económicas en las que viven: robos y tráfico de drogas”, dijo el inspector jefe Vincenzo Lo Cascio, del servicio de prisiones. «No hay asesinos o mafiosos. Las investigaciones muestran que si los prisioneros participan en este tipo de trabajo, el 85% no regresa a una vida delictiva cuando son liberados”.
En Roma los parques y jardines se encuentran en estado de abandono; bancos rotos, maleza y arbustos crecidos y basura por todas partes, hay mucho por hacer.
Estos reclusos provienen de las prisiones Rebibbia y Regina Coeli de Roma.