Rogelio Rodríguez Mendoza.-
Las agencias del Ministerio Público del fuero común iniciaron en 2018, siete mil 29 carpetas de investigación por violencia familiar, cuyas víctimas son principalmente mujeres.
Así lo reporta el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, que se alimenta con cifras de la Procuraduría General de Justicia del Estado (PGJE).
De acuerdo con las estadísticas de la instancia federal, en promedio cada mes se reciben en Tamaulipas 585 denuncias por violencia familiar, aunque hay periodos del año en que las cifras son mayores.
Por ejemplo, en el año pasado, el periodo comprendido de mayo a agosto fue el que acaparó más incidencia de ese delito.
En mayo fueron iniciadas 713 carpetas de investigación; en junio, 647; en julio, 695 y en agosto 689.
En cambio, en enero solamente se recibieron 389 denuncias; en febrero, 473, y en marzo 549.
Noviembre registró 492 casos y diciembre, 482.
El Secretariado Ejecutivo y la Procuraduría General de Justicia del Estado se limitan a dar cifras estadísticas sobre el comportamiento del delito y no entran a detallar causas o comportamiento de las víctimas.
Sin embargo, agentes del Ministerio Público especializadas en violencia familiar señalan que los principales factores de violencia familiar son los problemas económicos y el alcoholismo por parte del agresor, que generalmente es el marido o la pareja sentimental de la víctima.
“Por lo general, cuando hay problemas de falta de dinero en la familia para atender las necesidades básicas de todo hogar vienen los pleitos entre la pareja y, por obvias razones, quien saca la peor parte es la mujer. El alcoholismo también es un factor que está presente en muchos casos de violencia familiar”, dijo uno de los representantes sociales.
Las fuentes consultadas coincidieron en que no es con el endurecimiento de la ley como se disminuirá la violencia familiar.
“Las leyes se han venido perfeccionando y aumentando las penas y sin embargo cada día hay más mujeres violentadas, lo que demuestra que se requiere trabajar en otras alternativas para lograr mejores resultados. Una de esas alternativas podría ser el educar a los niños en valores como el respeto, para que a la vuelta de pocos años tengamos generaciones que valoren a la mujer”, dijo otra agente del Ministerio Público.
Lo peor de todo, coincidieron, es que también son muy pocos los agresores que reciben una sentencia condenatoria, porque en algún momento del proceso reciben el perdón de su víctima.