En 1988 llegó el único hijo de Zou Hongyan, quien tuvo terribles problemas en el parto que lo dejaron discapacitado de por vida con parálisis cerebral. Los doctores le recomendaban renunciar a él, algo que incluso su marido compartía, ya que decían el niño llevaría una vida miserable e inútil. Sin embargo, ella se opuso; se divorció y dedicó su vida a apoyar a su bebé. Su amor de madre no tenía límites.
Zou empezó a trabajar hasta en 3 lugares para apoyar a su familia, además de trabajar con su bebé a diario mediante juegos de estimulación cerebral, poco a poco construyendo los cimientos de su inteligencia. A pesar de su poca movilidad, le enseñó a su hijo a usar los palillos chinos. Fue muy estricta con él para trabajar duro y ponerlo al día con lo que tenía dificultad”.
https://youtu.be/qCo1nU7zPl4
29 años después, ese bebé, Ding Ding, se graduó de la Universidad de Pekín con una licenciatura en Ciencias Ambientales y de Ingeniería y ha comenzado sus estudios de Derecho en la Universidad de Harvard.
Es increíble imaginar cuán orgullosa está esta madre trabajadora y cuanto esfuerzo y dedicación pusieron los dos por lograr esto.
Con información de: nation.com.mx