México, 15 Mar (Notimex).- El secretario de Salud, Jorge Alcocer Varela, señaló que se requiere una estrategia integral que entienda las determinantes sociales de la enfermedad renal crónica, catalogada como la quinta causa de muerte en el país y que provoca unos 12 mil decesos al año.
Expuso que tal padecimiento es de carácter progresivo, silencioso e irreversible, además de que en uno de cada dos pacientes avanzará a las últimas fases, donde resulta imperativo un tratamiento que logre sustituir las funciones del riñón.
Hizo notar que el padecimiento se manifiesta en campesinos, especialmente los que trabajan en los ingenios azucareros.
Añadió que «fue hasta los inicios de los noventa cuando se reportaron casos de enfermedad renal crónica no asociados con los factores de riesgo tradicionales. Entonces descubrimos una epidemia silenciosa que afecta a trabajadores agrícolas de 18 a 35 años, desde Panamá hasta el sur de México”.
Al participar en el foro Transformación del Sistema Nacional de Donación y Trasplante de Órganos y Tejidos en México, organizado por la Cámara de Diputados, apuntó que los escasos registros de síntomas de rápida progresión se diagnostican demasiado tarde, desbordando los servicios de salud y devastando vidas y familias de trabajadores en los campos de Centroamérica.
Describió la afectación familiar e individual de esa enfermedad que “configura tragedias personales y sociales por su pasar en los campos de nuestra tierra, y en sus etapas finales se lleva la vida de miles de trabajadores ocupados en el corte de la caña de azúcar. Se desarrolla en los campos de nuestra América Central, donde según los datos y las cifras las condiciones laborales son extenuantes y precarias”.
Con objeto de enfrentarla, dijo, se requiere una estrategia integral que entienda las determinantes sociales, mediante una respuesta multisectorial que debe constituir el núcleo del vínculo entre las actividades del gobierno, el sector privado, la sociedad civil y los organismos de cooperación internacional.
Además, abundó, la magnitud del problema necesita vencer resistencias, oponerse a la indolencia tradicional, encarar un enfoque regional, pero también internacional.
“Las resistencias externas serán duras, nos espera, sin duda, una ardua tarea que habremos de encarar pueblo y gobierno, con visión, propósitos y claridad para lograr beneficiar a los enfermos menos escuchados: los del campo”, añadió.