A punto de borrachera y totalmente alcoholizados, dos sujetos en Arkansas se compraron chalecos antibalas para probar que tan buenos eran y se empezaron a disparar el uno al otro. Los amigos, al festejar sin control, al parecer quisieron hacer lo que tal vez muchos han querido, dispararle a su amigo directo al pecho, señaló la policía.
Según declaración, Charles Ferris, de 50 años, y Christopher Hicks, de 36, decidieron que era una buena idea poner a prueba la calidad de un chaleco antibalas disparándose uno al otro mientras lo llevaban puesto. Al parecer, por alguna infame razón, Ferris ya llevaba puesto el chaleco antibalas cuando comenzaron a beber. Después la conversación se desvió platicando sobre qué se sentiría recibir un disparo con el chaleco puesto.
Por fortuna ninguno salió lesionado de gravedad, solamente con dolor, pese a que estaban ebrios, solo Hicks terminó en el hospital debido a los dolores que sintió en el pecho. En cuanto a Ferris, los policías señalan que inventó una historia para encubrir a su amigo. Según él se trabajaba como una especie de mercenario y que fue contratado para proteger un «activo» por la suma de $200 dólares, que fueron al bosque y que se desató un tiroteo, que recibió seis disparos en el chaleco pero logró escapar con el «activo».
La esposa de uno de ellos señaló que los dos hombres estaban sumamente borrachos y se habían disparado mutuamente, por lo que Ferris cambió su historia y dijo la verdad. Ambos hombres fueron arrestados y son acusados de agresión agravada. Si son declarados culpables podrían darles una pena de hasta seis años en prisión y una multa de $10,000 dólares.
Con información de: laverdadnoticias.com
