Brasilia, 20 Abr (Notimex).- La frontera entre Brasil y Venezuela permanece cerrada desde hace dos meses y se mantienen las restricciones al tránsito de personas y vehículos, con efectos económicos y políticos para la población de ambos países, señalaron autoridades del estado brasileño de Roraima.
Un reportaje de la Agencia Brasil de noticias indicó este sábado que pobladores de ambos lados de la frontera utilizan rutas alternativas para transitar entre la localidad venezolana de Santa Elena de Uairén y la vecina población brasileña de Pacaraima, la principal ruta entre las dos naciones.
La frontera permanece cerrada desde que en febrero pasado, el gobierno brasileño pretendió sin éxito hacer entrar camiones con suministros a Venezuela, sin autorización del gobierno del presidente venezolano Nicolás Maduro, que ordenó cerrar el paso y calificó la acción como parte de un intento de golpe de Estado.
El secretario de Educación del municipio de Pacaraima, Abraão Oliveira da Silva, dijo a la Agencia Brasil que los los hijos de brasileños que viven en Santa Elena de Uiarén y estudian en Pacaraima están perdiendo clases, porque a menudo no logran llegar a las escuelas.
El funcionario explicó que algunos pobladores utilizaban caminos alternativos desde antes del cierre, y que en la actualidad, una de esas rutas «es cerrada del lado brasileño todos los días, a las 18 horas, para facilitar el control por los militares brasileños de eventuales actividades ilícitas».
De acuerdo con el reporte, la vigilancia es constante del lado venezolano «para impedir la entrada de lo que Brasil clasifica como ‘ayuda humanitaria'» y que se intentó hacer entrar el 23 de febrero, bajo dirección del líder opositor venezolano Juan Guaidó, a quien el gobierno brasileño reconoce como «presidente».
Esa jornada concluyó con el cierre de las vías de acceso y el inicio de enfrentamientos entre militares y manifestantes contrarios al gobierno de Maduro, por lo que Brasil ordenó que los camiones volvieran a Pacaraima sin entregar los suministros.
El informe agregó que la oficina brasileña de la Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) contabilizaba hasta marzo pasado el ingreso de más de 240 mil venezolanos a territorio brasileño, aunque casi la mitad de ellos partió hacia otras naciones o regresó a Venezuela.
Hasta marzo, Brasil había concedido refugio o visa de residencia temporal a cerca de 160 mil venezolanos, de acuerdo con ACNUR, aunque la agencia indicaba que tras el cierre de la frontera, la entrada de venezolanos a Brasil se redujo dásticamente.