En el partido de Kidlington Development contra Cheltenham Saracans de la Primera División Oeste de Inglaterra un jugador se tomó muy mal una tarjeta que recibió del árbitro.
El futbolista Julius Muraga del Kidlington fue expulsado por el silbante y al salir de la cancha, misteriosamente las luces de todo el estadio se apagaron dejando a todos en la oscuridad.
Una posterior investigación reveló que el jugador había bajado el interruptor de la luz y se justificó diciendo que se había confundido y creyó haber bajado el de las regaderas.
Después del incidente el juego se reanudo y el Saracans ganó por 3-1.
Con información de: www.excelsior.com.mx
