diciembre 11, 2024
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mayo 5, 2019 | 204 vistas

Shalma Castillo.-

De la primera experiencia nace el interés de seguir conociendo el mundo…

Betzacarías Báez Vázquez es originario de Ciudad Victoria, Tamaulipas.

Estudió la Licenciatura en Tecnologías de la Información en la Facultad de Comercio y Administración en la Universidad Autónoma de Tamaulipas (UAT).

A sus 25 años realiza un intercambio académico a Medellín, Colombia en la escuela de Administración y Finanzas Instituto Tecnológico (Eafit), donde cursa la maestría en Desarrollo Organizacional y Humano.

 

LA VIDA EN COLOMBIA

La incertidumbre de encontrar una cultura diferente, personas con otras costumbres, acento diferente, siempre está, pero te acostumbras conforme pasa el tiempo.

“Pese a que hablamos el mismo idioma, hay palabras con diferente significado, hablan muy rápido y en clases también se complica al principio”.

La adaptación es un poco difícil, porque aun y cuando tenemos el mismo horario, la salida y puesta del sol es en horas totalmente distintas a las de México.

“Para las 5:30 de la tarde ya está oscuro y a las cinco de la mañana ya está saliendo el sol y la gente a trabajar”.

Pero lo más complicado de adaptarse, es la comida, dice que en Colombia acostumbran a tomar mucho café, en todos los lugares de comida hay, encuentras comúnmente cafeterías y máquinas donde venden café, ¡imposible no tomar café!

También consumen mucho queso, a toda la comida le agregan queso. Las arepas y la bandeja paisa son los platillos más comunes; este tiene frijoles, arroz, carne, aguacate, chorizo y plátano.

Pero la comida no tiene mucha sazón y no consumen tanto picante, es muy difícil encontrar chile, lo más picante que llegas a encontrar es el jalapeño.

Platica que al llegar a Medellín le toca la temporada de un festival que es La Feria de las Flores, en donde prácticamente es pura fiesta, los colombianos son demasiado fiesteros y gentiles.

APRENDIZAJES ENRIQUECEDORES

Platica que la experiencia educativa es de gran ventaja, ya que le ayuda a enriquecerse profesionalmente; “la mayoría de mis compañeros ya trabajan y todos aportan experiencias, tenemos la oportunidad de hablar con empresarios de grandes compañías de Colombia y entendemos un poco más sobre el ambiente empresarial”.

Las clases son muy similares a la UAT, el profesor explica y trabajas en equipo, pero las clases son pesadas, porque la mayoría de los compañeros trabajan y el horario de viernes es de seis a diez de la noche y sábado de seis de la mañana a dos de la tarde.

La escuela es privada, y la infraestructura de primer nivel; aulas equipadas, biblioteca, gimnasio, espacios deportivos, cafeterías grandes.

 

EXPERIENCIA VIAJERA

En su estancia, tiene la oportunidad de viajar a Cartagena y a Guatepé.

En Cartagena, como es costa, la mayoría de las personas son morenos, hablan con acento costero, casi no se entiende, pero tienen cultura similar a Medellín.

Una de las anécdotas que siempre recuerda, es la del famoso bote.

“En Cartagena voy a un tour a las Islas del Rosario, en una de ellas hay un acuario y te dan dos opciones; estar en el acuario o hacer esnórquel y yo prefiero quedarme en el acuario, después el bote va a pasar por nosotros para llevarnos a una playa y yo no escucho cuando regresa el bote, y que me deja. Me quedo en la isla y ya cuando están cerrando el acuario, me doy cuenta que solamente quedan tres pescadores a la orilla de la costa, y pregunto por el bote en el que yo voy y me dicen que hace mucho que se fue. Al final, los señores me hacen el favor y me llevan a la playa, pero el viaje lo hacemos en una lancha de pescadores, de dos metros de largo, con cuatro personas a bordo, que empieza a llover y el mar picado”.

”Antes de conseguir que me llevaran, de hecho ya hasta había visto si en los árboles hay fruta, pensando que tengo que pasar la noche ahí, al final me llevan a reunirme con los demás”.

 

LAS GANAS DE CONOCER EL MUNDO

Al vivir una experiencia en el exterior, te nacen las ganas de conocer más, recorrer otros países y conocer personas en el mundo.

“La verdad me quedan ganas de no regresar a Victoria”…

De ahí la intención de realizar posteriormente un doctorado en el extranjero.

“Al concluir la maestría quiero incorporarme en el sector privado, para aplicar todo lo que he aprendido; las opciones son Querétaro o Monterrey, y en un futuro empezar el doctorado”.

 

PIERDE EL MIEDO

“¡Anímense!, salir al extranjero es una experiencia que vale la pena, es enriquecedora, los obstáculos siempre se presentan, pero hay que buscar la forma de salir adelante de ellos, si no te atreves a hacer las cosas, no sabes si te va a ir mejor”.

La recompensa son las experiencias, aprendizajes y amigos.

“Esto me deja amigos de todo el mundo, aprender poco de su cultura, palabras de su idioma y perspectivas diferentes”.

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