México, 18 May (Notimex).- La exposición a la contaminación durante la infancia hace que los adolescentes tengan un 34 por ciento más de probabilidades de comer alimentos ricos en grasas no saludables, reveló un nuevo estudio de la Universidad del Sur de California (USC).
Sin embargo, al comentar los resultados de esa investigación, la especialista de la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Elvira Sandoval Bosch, explicó que se analiza ese mecanismo.
La profesora experta del Departamento de Salud Pública detalló que investigaciones como las de la USC son importantes para avanzar en el conocimiento de la relación entre la contaminación y los hábitos alimentarios.
“Parecen encontrar que existe esa relación, pero todavía la forma en que se relaciona no la conocemos, pero nos da mayor conocimiento de este fenómeno”, explicó.
El análisis de la USC sugiere que la exposición temprana a la contaminación y, específicamente, a la que se genera con el tránsito de vehículos puede estar vinculada a una dieta poco saludable en la adolescencia.
Zhanghua Chen, integrante del equipo de investigación cuyos resultados se publican en la página electrónica de la institución universitaria, afirmó que «por extraño que parezca, descubrimos que los niños en comunidades contaminadas comían más comida rápida que otros menores de edad», señaló.
Precisó que “no se conocen los mecanismos exactos que vinculan la contaminación del aire y la obesidad, pero los investigadores plantean la hipótesis de que el estrés oxidativo y la inflamación pueden ser los culpables”.
En el estudio con ratones, la exposición prenatal a los gases de escape fue paralela a los cambios en la neuroinflamación y la estructura en partes del cerebro involucradas en la búsqueda de alimentos y en la conducta de toma de decisiones sobre la dieta.
Sandoval Bosch explicó que el medio ambiente modifica nuestros genes a lo largo de la vida, estas modificaciones o alteraciones son normales, sin embargo en ocasiones favorecen la enfermedad, es decir, que el medio ambiente (contaminación hábitos alimentarios, actividad física, por mencionar algunos) modula los cambios epigenéticos (modificaciones en la expresión de genes).
Detalló que los cambios se dan a nivel intracelular favoreciendo el desarrollo de algunas enfermedades.
Mencionó que es importante el estudio de la USC que se refiere a la relación de la contaminación con el consumo de alimentos ultraprocesados considerados como chatarra, pero comentó que otros factores como el modo de vida favorecen que se consuman más estos alimentos.
Agregó que la relación de ambos factores se registra en todos los ciudadanos, incluyendo a mujeres embarazadas.
“Las modificaciones al material genético, se pueden expresar o no dependiendo de que tanto uno este expuesto a estas agresiones del medio ambiente y depende que información de nuestros antepasados tenemos”, enfatizó.