Sanjua Pineda
En el corazón de la ciudad hay un lugar que ni siquiera imaginarías que existe; se trata del refugio más grande de zarigüellas en el noreste de México.
A simple vista es una casa normal como cualquier otra; y de hecho lo es, pero detrás de sus paredes se escriben historias de amor y protección, protagonizadas por Mía Fresy y una variedad de animales rescatados de las calles y víctimas de maltrato, principalmente las zarigüellas, mejor conocidos como tlacuaches.
Es tanta su pasión y amor por las mascotas que ella misma se auto denominó Mía Fresy, en honor a una perrita que rescató de ser sacrificada y marcó su vida, despertando en ella la necesidad de fundar el refugio Santa Rosa de Lima.
En el refugio, ubicado en el 3 y 4 Guerrero, encontraron protección, cuidados y sobre todo cariño por parte de Fresy todo tipo de animales que se encontraban en condiciones deplorables, mascotas que en la mayoría de los casos fueron abandonadas o maltratadas, quedando lastimados y algunos con situaciones lamentables de salud.
“Muchas personas se preocuparían si vieran a un niño atropellado y llamarían a la ambulancia, pero a un animal lo dejarían morir”, dijo Mía; el comentario le arrancó las lágrimas.
Algo que ha resultado llamativo a las personas es que no discrimina en su refugio ningún tipo de razas ni especies, ya que las puertas del lugar se abrieron también para las denominadas zarigüeyas, una especie que según Mía ha sido víctima de maltrato y rechazo por parte de las personas.
“La gente al ver un tlacuache lo primero que piensa es que es una rata”, pese a esto ella dice que deberían ser considerados los canguros mexicanos, también afirma que es imposible que transmitan enfermedades puesto que ellos mismos regulan su temperatura corporal lo que evita que desarrollen rabia entre otras cosas.
Entre otros puntos mencionados informó que las zarigüeyas se comen los animales ponzoñosos como alacranes cumpliendo así un rol importante en la cadena alimenticia.
Sin contar con algún tipo de ayuda o apoyo por parte de cualquier institución Mía ha sacado adelante su refugio, sin esperar nada a cambio más que la satisfacción de haber contribuido al bienestar de cada una de las mascotas resguardadas.
También aprovechó para hacer una invitación a todas las personas interesadas en contribuir de forma voluntaria a esta noble causa, a donar croquetas, o a adoptar una mascota; quienes estén interesados pueden acudir directamente al refugio en 3 y 4 Guerrero o bien llamar al teléfono de Mía 8348520183.