El “hombre-árbol”, como se le atribuye a este sujeto de Bangladesh por tener sus manos y brazos llenas de impresionantes verrugas en forma de corteza con similitud a la de los árboles, cuenta que en realidad vive con mucho dolor.
Epidermodisplasia verruciforme, es una rarísima enfermedad genética que padece Abul Bajandar, de 28 años de edad. Pasados tres años de que se viralizara su caso a nivel mundial, no ve otra opción para terminar con el dolor que la amputación de sus extremidades.
«Ya no soporto el dolor. No puedo dormir por la noche. He pedido a los médicos que me corten las manos para tener al menos un respiro»
Desde 2016 ha tenido intervenciones médicas para quitar las formaciones incluso han declarado que «ya estaba curado», pero desde inicios de 2019 ha permanecido hospitalizado en Daca, en Bangladesh.
También tiene la misma afección en los pies, pero éstas no están tan extendidas como en sus extremidades superiores. Dijo haber solicitado ser tratado en el extranjero, pero no cuenta con dinero para cubrir los gastos.
La decisión de Abul es secundada por su madre, la señora Amina Bibi, quien comentó: «Al menos será liberado del dolor. Es un infierno».
La cirujana plástica, Samanta Lal Sena, jefa del hospital de Daca, donde se le atiende gratuitamente, indicó que siete de sus colegas tendrán una reunión para discutir el caso y hallar la mejor solución para Abul y su sufrimiento.
La clínica en la que Abul es atendido ya había tratado un caso similar en 2017: una niña con el mismo padecimiento congénito.
Esta clínica trató en 2017 a una niña bangladesí que padecía la misma enfermedad. En el caso de la menor, las excrecencias pudieron ser retiradas para volver a aparecer y en mayor cantidad. La familia de la infanta decidió finalizar el tratamiento y llevarla de vuelta a casa.
con información de: www.sdpnoticias.com
