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julio 5, 2019 | 187 vistas

CIUDAD DE MÉXICO, julio 4 (Notimex)

El teatro fue el escenario que lo vio nacer como actor. Se convirtió en el gran villano de la televisión y qué bueno, porque los buenos le aburren. Es seductor por naturaleza y aunque se ha arrepentido de muchas cosas, nunca ha traicionado sus principios y se define como un desmadroso feliz.

Así es Alejandro Camacho; cuando a sus padres les confesó que deseaba subir al escenario para darle vida a un personaje, le hicieron una advertencia: “Solo no te vayas a morir de hambre, porque ser actor en México es como ser torero en Nueva York”.

Sin embargo, así no fue el inicio de su carrera. Antes buscó convertirse en director de orquesta, como Lorin Maazel, Herbert von Karajan o Eduardo Mata, pero desistió al comprobar que era muy joven y no tenía el talento suficiente para lograrlo.

Al notar que su anhelo por lo artístico era real, su padre lo llevó a ver la actuación de Carlos Ancira en “El diario de un loco”, de Nikolái Gógol, bajo la dirección de Alejandro Jodorowsky: “Literal, me volví loco y le dije a mi padre: yo quiero hacer eso”, recordó.

Y lo logró. Hoy, Alejandro Camacho suma más de 40 años de trayectoria en los escenarios teatrales, cinematográficos y televisivos como una de las figuras más sobresalientes en el ámbito de la actuación en México.

 

 

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